Seguían desvelando ayer a los investigadores los posibles motivos del crimen del comerciante Diego Jara, de 40 años, perpetrado el pasado domingo a la noche en plena línea de frontera seca de esta localidad con Brasil.
Lo llamativo del caso es que la persona que apretó el gatillo huyó caminando hacia el vecino país. Tal como publicó ayer PRIMERA EDICIÓN, el hecho fue cometido en el barrio Obrero, en plena línea de frontera seca con Brasil.
Por las vainas servidas halladas en la escena del homicidio, se estima que el asesino utilizó una pistola 9 milímetros. Hasta el momento los uniformados no pudieron hallar a posibles testigos.
Solamente vecinos que dijeron haber oído tres estruendos similares a disparos alrededor de las 20.45 del domingo.
La víctima fue hallada con una herida en el pecho e inmediatamente se solicitó una unidad de traslado que llevó al hombre, aún con vida, al hospital de Bernardo de Irigoyen, donde, pese al esfuerzo de los médicos, dejó de existir.
De averiguaciones practicadas por los efectivos en el lugar del hecho, se supo que el “pistolero” provino del vecino país y, tras efectuarle el disparo mortal a Diego Jara, escapó caminando de nuevo hacia Brasil, de donde sería oriundo.
Colabora en la investigación la Policía brasileña, con quienes los uniformados argentinos trabajan en conjunto con el fin de la aprehensión del individuo.