Del 19 al 23 de febrero, el Templo Lao de Posadas está de fiesta. Allí se hace la celebración anual que convoca no sólo a la colectividad laosiana, sino también a quienes deseen conocer más acerca de esta cultura milenaria.
En esta oportunidad el encuentro tiene un condimento extra, ya que se hace en el marco de la inauguración de la estatua del Buda más grande de Latinoamérica.
“Hoy (por ayer) es especial porque vamos a ceremoniar durante toda la noche a la estatua de Buda, hasta las siete de la mañana”, contó a PRIMERA EDICIÓN el monje Tuns Singharat, que hace 40 años se asentó en Posadas.
El templo, vestido con las banderas de oración y las diversas ofrendas, recibió a más de 100 personas, entre ellas los 17 monjes encargados de la ceremonia. La mayoría de ellos, provenientes del país asiático Laos, mientras que otros vinieron desde Estados Unidos.
“Estamos muy felices de venir a Argentina para ver la finalización de la construcción del Buda, es mi primera vez acá”, dijo a este Diario el monje Khamphou oriundo de Laos pero viviendo actualmente en Estados Unidos.
Preparativos
A las 18 de ayer comenzaban los preparativos. Afuera, los monjes y colaboradores vestían a la estatua de Buda con una toga anaranjada. Las mujeres, por su parte, se encargaban de armar los ramos de flores con frutas que más adelante se colocarían debajo de la gran figura.
Adentro del templo, las ofrendas de dinero y comida esperaban cuidadosamente armadas a que la meditación colectiva comience.
“Las ofrendas son para nuestros ancestros, para que no les falte nada”, contó a este Diario uno de los monjes encargados de la organización. Mientras tanto, un grupo de mujeres servía bebidas tradicionales hechas de leche de soja y gelatina.
La ceremonia
Alrededor de las 19 se dio inicio a la primera parte de la ceremonia, abierta a todo público. Al caer el sol, los monjes se dirigieron al Templo. Allí, descalzos y vestidos de blanco, los siguieron todos aquellos deseosos de participar.
“El blanco y el naranja de los monjes es un símbolo de respeto, al igual que entrar al templo descalzo. Además, como raparse la cabeza, significa que estamos dispuestos a desprendernos de todo lo material”, explicó Singharat.
La meditación siguió hasta las siete de esta mañana. “No importa si son católicos, budistas o evangélicos: son bienvenidos todos”, dijo Singharat y aclaró que este año los rezos tuvieron “traducción en inglés, lao y castellano”.
“El objetivo de rezar hasta la mañana es no sólo bendecir a la estatua del Buda, sino también a todos los que vinieron, que tengan paz y felicidad”, explicó Khamphou y añadió que “ese es nuestro objetivo con las celebraciones: que la meditación pueda ser practicada por cualquier persona sin importar su religión. El templo es de todos”.
Finalmente, agradeció a todas las personas, creyentes o no, que colaboraron y “permitieron su construcción”.
La inauguración oficial del “Buda gigante” está prevista para esta tarde, desde las 17. Además, en ese marco, se venderá comidas y bebidas tradicionales y se podrá disfrutar de bailes y música típica.
Monjes en la tierra colorada
La religión oficial de los laosianos es el budismo, una expresión religiosa que tiene más de 2.500 años de historia y que se originó en el norte de la India, donde nació Buda.
Actualmente, se constituye como la cuarta religión más importante del mundo, con más de 500 millones de adeptos, lo que representa el 7% de la población mundial.
La estatua más grande de Latinoamérica
La estatua de Buda comenzó a construirse en octubre de 2012, gracias a las donaciones de fieles de todo el mundo. Tiene 13 metros de alto y 10 de ancho y el objetivo de la construcción es el de “no olvidarnos de nuestras raíces y honremos a Buda”, explicaron.
Para quienes quieran saber exactamente donde queda: