En los últimos meses se intensificó el robo de yerba mate y esto preocupa a los productores locales. Incluso, la problemática derivó en varias reuniones con funcionarios del Gobierno y con legisladores misioneros.
Sumado a la pérdida económica a la que se enfrentan los productores, como así también los daños que sufren las plantas al ser sometidas a una cosecha no adecuada; advierten cuáles son los riesgos que se corre al comprar producto hurtado, debido a que no cuenta con la trazabilidad. Aseguran que “esto puede derivar en el cierre de mercados externos”.
La inquietud de los yerbateros radica en que cada productor maneja el yerbal de manera diferente; por lo que no se sabe si la hoja verde hurtada tiene agroquímicos o insecticidas recién colocados.
Los robos pueden ir desde un raído hasta los 25 mil kilos por jornada, según explicaron. Por ejemplo, el jueves en Santiago de Liniers un hombre quedó detenido tras huir con mil kilos de yerba en una camioneta y el viernes en San Vicente se dio una situación similar. Allí tres hombres quedaron detenidos cuando transportaban 400 kilos de hoja verde robada.
Cristian Klingbeil, referente de APAM, dijo a PRIMERA EDICIÓN que “la yerba es un alimento y cada productor maneja a su yerbal. Si no se respetan las cuarentenas la hoja verde puede transformarse en un veneno”.
En esa línea, agregó que “todos los agroquímicos tienen un tiempo que se debe respetar para que las plantas se limpien, además es necesario los períodos de lluvia”.
Por su parte, Sergio Delapierre, director de Secaderos del INYM señaló que “esa yerba (robada) por lo general es transportada a un barranco o una playa de acopio”. Sentenció que se deben controlar estos espacios para que tengan las condiciones óptimas y de salubridad.
En este sentido, indicó que “ahí está el punto porque la yerba debe ser controlada”. Deslizó que los centros de acopio deben tener baños, balanzas, techo y pisos. “La normativa le exige esto a los secaderos”, subrayó.
A la vez, adicionó que la yerba que no es controlada “puede tener un grave problema de trazabilidad porque nadie la controla ya que fue robada”.
En este sentido, expuso que ese producto se lo destina a un paquete y; a la vez, se preguntó qué pasa si se exporta y no está en condiciones. “Si la traza tiene algún agrotóxico podemos perdemos un mercado. Ahí vamos a lamentar y será tarde”, manifestó.
En tanto, Hugo Sand de APAM ejemplificó que días atrás la ANMAT prohibió la comercialización y la distribución de un producto que era mezcla de hierbas con yerba mate ya que había presencia de Salmonella y Escherichia Coli. Se trata de una marca cordobesa.
“Se debe desalentar el robo de yerba mate. Una forma fácil es con el Certificado de Producción Yerbatera (CPY), el cual es un documento inviolable donde el productor lo rellena, pasa por el secadero y de ahí al molino”, apuntó a este Diario el también productor.
Por último, adicionó que “habría que poner básculas y a través de la tecnología saber la patente del camión que entra y cuántos kilos deposita”.