Esta historia comenzó hace poco más de un año en el barrio Estepa de Posadas y tuvo un abrupto e increíble final.
Julia De Matto, propietaria del lote 36 ubicado sobre la calle Los Trabajadores, en cercanías del club Tacurú, cedió en calidad de comodato parte de su predio para la construcción de un Salón de Usos Múltiples (SUM) a cargo del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE).
El mismo se construyó con fondos del programa nacional “Hacemos Futuro”, con un costo aproximado de 500 mil pesos y con la ayuda de los vecinos del barrio, que además cobraron un sueldo por dicha obra, la cual comenzó en agosto y concluyó en octubre de 2019.
Apenas tres meses después, el pasado jueves, el SUM fue demolido, de forma incomprensible para los pobladores de la zona y sin que sus responsables explicaran los motivos para ello.
La construcción y posterior demolición trajeron aparejado un sinfín de inconvenientes a la dueña del predio, quien ahora pide que por lo menos despejen los escombros que dejaron esparcidos en su terreno.
La mujer contó a PRIMERA EDICIÓN que “hace poco más de un año, el MTE entró al barrio y nos ofreció realizar una huerta comunitaria. Yo cedí parte de mi terreno para dicha construcción e instalación, en la que llegaron a trabajar nueve personas”.
“Luego me dijeron para construir un salón de usos múltiples en mi terreno y también les dije que sí. Además me prometieron que en la construcción iban a trabajar vecinos del barrio y me pareció bien. Acá es una zona de olerías y el trabajo no abunda”, agregó.
Sin embargo, apuntó, “todo comenzó a derrumbarse cuando hubo un robo en la huerta: se llevaron un tanque de agua que era para regar las plantas. Hice la exposición en la comisaría Quinta. Soy una persona sola, mi marido viaja y mi terreno es muy grande. No puedo montar guardia y cuidar la huerta, pero a ellos no les gustó lo sucedido y llevaron la huerta a otro lado”.
Luego, tras la culminación de la construcción del SUM, a Julia le hicieron firmar un comodato de uso de varias páginas donde ella, en calidad de comodante, debía cumplir varios requisitos y los comodatarios en nombre del MTE gozaban de varios privilegios.
“Firmé un contrato de comodato de uso y ni la llave del salón me dieron en custodia. Los juegos los tenían las tres personas que también firmaron conmigo el contrato”, remarcó la dueña del terreno.
Al concluir la obra se comenzó a servir dos veces por semana una merienda para los chicos del barrio. “Además del merendero donde yo hacía pan o torta frita dos veces por semana, se acercó gente de Cáritas para pedir prestado el lugar para servir un desayuno todos los sábados, pero los del MTE pusieron varias excusas y no quisieron prestar el salón. Luego también vino el delegado de Miguel Lanús para pedir el salón para cocinar los fines de semana, pero tampoco quisieron que hagan uso del inmueble”, lamentó.
Todo se terminó de desmadrar la semana pasada, cuando una retroexcavadora ingresó una mañana en la propiedad de Julia y, sin previo aviso, comenzó a derribar por completo el SUM construido apenas tres meses atrás.
Esto fue el jueves pasado y “se llevaron puertas, ventanas y todo lo que había adentro”, contó la mujer, quien agregó: “Hice la denuncia en la comisaría porque, además de demoler el SUM, dejaron todos los escombros en mi terreno. Les pedí que, ya que derrumbaban el salón, se lleven todo y me dejen limpio el lugar, tal cual estaba antes de la construcción. El viernes regresaron con la promesa de que iban a llevar los escombros, pero hasta hoy (por ayer lunes) no apareció nadie”, se quejó.
Teléfono descompuesto
Pese a los numerosos intentos que realizó ayer lunes PRIMERA EDICIÓN con insistentes llamados a referentes del MTE, ninguno de ellos contestó el teléfono para dar a conocer su versión de los hechos y relatar el porqué de esta inusitada demolición del SUM del barrio Estepa.