Atravesada por dos arroyos, la Reserva VGM Héctor Fernández es la única en Argentina en honor a los veteranos de Guerra de Malvinas. Comprende 45 hectáreas de monte nativo, a unos diez kilómetros de la ruta nacional 101, que limitan con el Parque Provincial Urugua-í, el más grande que posee Misiones como protección y cuidado del medioambiente y de la fauna y flora.
Se trata de tierras donadas por la provincia a los Veteranos de Guerra de Misiones, allá por 1996. Diferentes veteranos estuvieron al frente y decidieron trabajarla de distinta manera. En su momento Héctor Fernández prefirió no realizar tareas para evitar impactar ambientalmente dentro de lo que sería la chacra, que hoy es monte nativo. “Esa zona se resguardó. Nosotros quisimos reintegrar esa donación a la provincia, de una manera de concientización, del cuidado del medio ambiente a través de una reserva privada. Entonces se realizó este proyecto, que se armó el año pasado y lo único que esperamos es poder firmar el convenio”, señaló Matías Nicolás Fernández, uno de los hijos del veterano que por estos días se halla al frente de la propuesta.
Añadió que en este momento la reserva cuenta con diferentes proyectos. Entre ellos, figura la apertura del primer campus científico, en lo que sería San Antonio, y el primero dentro de una reserva, para biólogos y científicos que puedan trabajar en la zona y, a su vez, poder generar carreras universitarias orientadas al cuidado de la flora y fauna. “Se trata de un proyecto que se está llevando a cabo en la reserva. También se está cerrando un convenio con ‘Pequeños gigantes’, que es una fundación de chicos prematuros. Es la única a nivel nacional que trata este tipo de problemas, que contiene a la familia, que acompaña los distintos tipos de tratamiento para que puedan integrarse tanto en el ámbito del cuidado del medio ambiente como recibir tratamientos terapéuticos que se van a llevar a cabo”, manifestó.
Sostuvo que existe una idea “de parte de ellos de realizar diferentes tipos de alojamiento para familias de los chicos prematuros, para que puedan pasar los fines de semana, más que nada porque padecen mucho estrés, con el tratamiento de los chicos. Es algo para tener contención. De esta manera la fundación se integrará de otra manera al tratamiento”.
Indicó que el campus científico se llevará a cabo con la “Fundación de Ciencias y Deporte “H. Fernández”, cuyo presidente es Luciano Fernández, hermano de Matías.
“Como hijos de veteranos de guerra, apoyamos la integración de los hijos de veteranos de guerra, en diferentes tipos de capacitaciones, apoyo con becas, en diferentes rutinas del deporte y sponsoreo. Muchas veces no lo tienen y la fundación trata de acompañar a los chicos de esa manera”, expresó.
Como reserva desarrollan distintos tipo de trabajo social tanto en San Antonio como en el resto de la provincia. En lo que respecta al municipio, “la fundación dona un stock estable de material atiofídico para la ciudadanía o personas de zonas cercanas que hayan tenido algún accidente con un ofidio.
Pueden acercarse al hospital público de la localidad, al que nosotros le hacemos la donación”, acotó.
A nivel provincial, el trabajo social se hace con el Ministerio de Ecología, organismo al que se realiza una donación estable. “Hoy los guardaparques de las diferentes zonas cuentan con material gracias a la donación que efectúa la reserva”, confió.
Describió a San Antonio como un pueblo chico, “literalmente olvidado, y queremos instalar una carrera universitaria, y poder generar fuentes laborales, además de provocar un crecimiento turístico del municipio”. Al referirse a su padre, Matías comentó que Héctor Fernández fue tres veces condecorado por el Congreso de la Nación. Se trata de un correntino, malcriado en Misiones que, como soldado conscripto, fue a la guerra con apenas 18 años. Mientras cumplía con el servicio militar obligatorio, lo integran al Batallón de Infantería de Marina (BIM) 5 y lo trasladan a Río Gallegos. Tras navegar en el buque Irizar desembarcó en la isla Soledad donde entró en combate, quedó herido y fue tomado como prisionero de guerra. A su regreso del conflicto bélico, a los 19 se radicó en Misiones y a los 21 empezó a conformar la Primera Comisión de Veteranos de Guerra de la provincia.
Comentó que “él realizó trabajos sociales dentro de la provincia. La obra social IPS para veteranos de guerra fue un proyecto de su autoría presentado ante la Cámara de Diputados. También el que refería a las casas de Iprodha para veteranos a través de un convenio. Fue el fundador de la plaza en honor al teniente Roberto Estévez, sobre la avenida Lavalle, y se desempeñó como presidente de la Comisión de Veteranos de Guerra de Misiones a lo largo de diez años. Con los diferentes gobiernos que fueron pasando, se fue trabajando la reinserción de los veteranos en la provincia.
Asimismo, pudo proteger la reserva hasta que nosotros como hijos fuimos creciendo y decidimos armar este proyecto de reconocimiento. Lo llevamos adelante tratando de seguir su ejemplo, de realizar los mismos trabajos de impacto social que nuestro padre desarrolló”.
Admitió que a Fernández “le gustó la idea en su momento. Porque también es en honor de todos sus camaradas que lucharon por ese pedazo de tierra. Aunque muchos quedaron en ella”.
La reserva tiene un reconocimiento a nivel nacional porque es la única en honor a los veteranos. Su flora y fauna es buscada por los biólogos y naturalistas. Es hábitat de cientos de especies de aves, varias de ellas en peligro de extinción. Es un espacio ideal para el avistamiento, y es el hogar de los helechos arborescentes más antiguos, fósiles vivientes de aproximadamente 500 años, declarado monumento provincial. Además, osos hormigueros, gatos monteses, comadrejas, urú, pava de monte, aguará popé, tirica, pájaro bailarín, son algunos de los animales que predominan. Se logró divisar la especie de ave en peligro de extinción clasificada como urutaú, también conocida como “Pájaro Fantasma”.
En plena selva paranaense, el proyecto cuenta con el apoyo de la municipalidad de San Antonio, del Ministerio de Ecología de Misiones, y el Ministerio de Medio Ambiente de la Nación. Hoy abre sus puertas al ecoturismo, al deporte, y a la hotelería, como actividades destinadas a la conservación y cuidado del medio ambiente y para que “para que vivamos con memoria y conciencia ambiental”, dijo Matías, al tiempo que recordó que dentro del logo de la reserva se halla la imagen de las Malvinas.
En el interior se observa un árbol que nace desde las raíces de las islas. “Es una imagen que impacta y lo que nosotros tratamos es que se viralice”. Aún no efectuaron la apertura oficial. Ese día se colocará una placa en reconocimiento a los que están y a los que se quedaron en el Sur.