La comuna neuquina de Aluminé, en la Ruta del Pehuén, combina para el verano experiencias de adrenalina, relax y cultura, como senderismo, pesca, buceo, canotaje, observación de aves y mariposas y visitas a museos y sitios arqueológicos, además de su particular gastronomía.
En un marco de cerros y verdes valles, sobre la margen oeste del río que le da el nombre y en el Corredor de los Lagos Patagónicos, Aluminé tiene en sus lagos y ríos la base de sus actividades clásicas: rafting, kayak y pesca.
El río Aluminé es ideal para estos deportes, ya que cuenta con sectores de alta adrenalina, como el “Circuito Superior” que comienza en el paraje Lonco Luan, a 40 kilómetros del pueblo.
Desde allí tiene un desnivel constante de 150 metros a lo largo de 12 kilómetros, con grados de dificultad III y IV -el de mayor exigencia del río- por lo que fue elegido para el Mundial de Rafting 2018.
Otro circuito del Aluminé, apto para toda la familia, es el de Abra Ancha, de unos seis kilómetros y un desnivel de 20 metros, con 15 rápidos de grado I, II y III.
Durante enero y febrero se puede bucear en las aguas cristalinas de ríos y lagos y disfrutar del paisaje subacuático, con bosques sumergidos y fondos de arrastre volcánico, además de la fauna típica de agua dulce como truchas, percas y sus alevinos.
Aluminé es un destino elegido a nivel internacional para la pesca deportiva, por contar con variadas especies, como trucha arco iris, marrón, fontinalis o de arroyo y perca criolla, en una actividad reglamentada que requiere permiso obligatorio.
Otra forma de disfrutar de sus aguas la ofrece el Balneario Municipal, con una amplia playa de arena y costa poco profunda, apta para la diversión de los niños, aunque a pocos metros hay una correntada y aguas más movidas para quienes quieran ejercitar la natación.
El senderismo ofrece una gran variedad de distancias y grados de dificultad, desde recorridos del área urbana y la costanera del Aluminé hasta miradores con vistas panorámicas en los cerros.
Para trekking de distancias largas se puede visitar la Reserva Natural Urbana Quilquelil, que ofrece los recorridos Terrazas del Aluminé, Sendero Quilquelil y Mirador de los Cipreses, aunque en las áreas protegidas Ruca Choroy, Quillén y Ñorquinco se tiene el mejor contacto con la naturaleza.
En las cercanías de este destino existen recursos naturales aptos para escalada clásica y deportiva, con rocas de granito equipadas y de variada dificultad.
El cerro Quilquelil es el mejor para la observación de flora y fauna, con 130 especies de plantas, diez de mariposas, 103 de aves, más de once de mamíferos y ocho especies de reptiles.
También cuenta con un patrimonio arqueológico cultural prehispánico, con cuatro recintos pircados o corralitos, en algunos casos de más de 900 años de antigüedad.
En el mismo cerro está el Pehuén de Piedra o Petrificado, que es un emblema de la provincia de Neuquén y el árbol en torno al cual desarrollaron su vida las comunidades mapuches.
El origen de la interculturalidad de la región se puede observar también en el Museo Municipal y Centro de Interpretación El Charrúa, en lo que fue el casco de una estancia, construido con la técnica de pared francesa o quincha y detalles edilicios característicos del Litoral, ya que sus antiguos propietarios eran uruguayos.
La gastronomía de Aluminé incluye platos tradicionales, a base de piñón (fruto del Pehuén) y hongos, así como pastas, trucha, corderito patagónico y cabrito.
¡Buen viaje!