“Mi papá tomó una birra para brindar”, justificó la hija de un conductor al que le dio 0,56 el control, cuando el máximo permitido es 0,50. Otra mujer, se supone su hermana, la apunta por una torta que la primera preparó: “Yo estaba a la tarde cuando la hizo”. Y allí llegó la explicación más insólita: “Un poco de ron arriba de todo, lo puse que los viejos no tienen ni idea. Yo serví una torta en una mesa de dulces, ¿entendés?”.
Otro conductor al que también le dio positivo cuestionó la calibración del alcoholímetro e intentó que se haga una nueva prueba. En un tercer caso, un joven que también arrojó positivo y no contaba ni con el DNI ni con los papeles del auto, trató de eludir el acarreo y la multa pidiendo si puede conducir su acompañante “si él tiene la cédula azul”.
Los test de alcoholemia que realizó la Agencia Nacional de Seguridad Vial en estos controles arrojaron un positivo cada 200 test, pero hubo algunos casos de valores muy altos. En todos los casos, se secuestró el vehículo.
Fuente: Medios Digitales