
La histórica capital misionera fue epicentro días atrás de nuevos ataques de abejas con serias consecuencias para humanos y el fallecimiento de dos perros.
El primero de los ataques ocurrió cuando un joven cortaba el césped en el barrio San Cayetano y al parecer “enfureció” a un grupo de abejas que había en el lugar. El enjambre atacó al hombre, quien debió ser hospitalizado, aunque ya está fuera de peligro. La misma colonia de insectos embistió contra dos perros, que no corrieron con la misma suerte del joven y fallecieron debido a las múltiples picaduras.
Entretanto, en el barrio 20 de Junio, una pequeña de unos 5 años también fue atacada por una colmena de abejas y debió ser hospitalizada en Posadas. Al igual que el cortador de pasto, tras recibir las atenciones de rigor, fue dada de alta.
Estos dos nuevos casos de ataques de abejas se suman a los sucedidos en la misma ciudad en octubre pasado, cuando tres personas resultaron heridas en el barrio Evita y dos perros -un macho y una hembra- perecieron debido a las picaduras recibidas, sin poder defenderse por estar atados.
Presencia especializada
En todos esos casos dijo presente el apicultor candelariense Héctor Fernández, quien en octubre pasado y días atrás colaboró con los Bomberos Voluntarios locales y retiró las colmenas de abejas de los barrios involucrados en los ataques.
Además, este apicultor acudió tras el llamado de vecinos a otros puntos de Candelaria a sacar y rescatar colmenas, pero ya no posee más apiarios, por lo que Fernández hizo un pedido solidario (ver aparte).
Por otra parte, el experto en abejas alertó que “bajo ningún punto de vista, y menos de día, se debe molestar o mover un enjambre de abejas; ya que ellas, al sentirse amenazadas, reciben una orden de la abeja reina y atacan a todo lo que se mueva hasta en un radio de 100 metros, y no discriminan personas o animales”.
“En caso de sentirse atacados o ver un ataque de abejas, se debe llamar en forma inmediata a los Bomberos, a personal idóneo como algún apicultor o en su defecto hacer humo, pero nunca mover el panal. Además, si un ser humano o un animal es picado por una abeja y tiene picazón en la garganta, es un síntoma de alergia, por lo cual debe ir sin demora a un centro asistencial a que le apliquen un inyectable, que es lo que le va a salvar la vida”, aconsejó.
Pedido solidario
El apicultor candelariense Héctor Fernández solicitó con urgencia apiarios (cajas) donde poder colocar las colmenas de abejas y así poder continuar rescatando abejas.
Todos los apiarios que posee están colapsados de panales. Por eso solicita a entes del Gobierno o bien a privados para la donación de estas “cajas” especiales para poder mantener vivas a las abejas y no matarlas.