Como desde hace 88 años, el predio en honor de Santa Catalina de Alejandría, ubicado en el kilómetro 776 de la ruta nacional 14, se colmó de fieles que veneraron a la Patrona. Llegaron desde distintos puntos de la región a pie, en bicicleta, en caballo, motos, autos y colectivos de media y larga distancia.
Se estima que el número de personas superó las 25 mil y se señaló que cada año son más los creyentes que se suman a la celebración.“Sólo para darnos una idea, de Ituzaingó arribaron ocho colectivos; de Buenos Aires, dos; y también de Misiones y de Paraguay. La fe popular en Santa Catalina los convoca”, contó Graciela Larraburu, coordinadora general de la jornada.
Una vez más, Larraburu y un destacado grupo de colaboradores mantiene viva la tradición que iniciara allá por 1931 la familia Cámara en Santos Lugares (Corrientes). Desde temprano, impulsados por la devoción y el amor, los peregrinos arribaron al paraje Santa Catalina o Playadito, dentro del municipio correntino de Colonia Liebig, en el límite con Misiones. Una de ellas fue María Ester Cáceres, oriunda de Posadas, quien fue a “pedirle a la Patrona que me cure la enfermedad que padezco. Gracias a mi fe, mejoré”.
“Esto es la Iglesia: un lugar de encuentro donde vienen desde distintos puntos del país para compartir y celebrar a la Virgen. La iglesia nos convoca”, indicó Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé quien presidió la misa central.
El movimiento fue enorme, como lo es cada año. Los artesanos y vendedores se instalaron a la vera de la ruta 14, a la altura del kilómetro 776, donde no faltaron las comidas tradicionales, los refrescos y artículos variados.
El almuerzo campestre a la canasta fue realizado por unas 50 personas. Según el encargado de la parrilla, Miguel Jiménez, “se faenaron 32 animales y se sirvieron unos 6.000 espetos. Acá todo es gratis, no se cobra nada porque la gente colabora, es la fiesta de la gente”, remarcó.
Reclamaron agua
Durante la jornada de celebración a la Patrona, un grupo de personas aprovechó para manifestarse con pancartas y carteles a la vera de la ruta nacional 14, más precisamente frente a la entrada a la capilla de Santa Catalina, ubicada en el kilómetro 776. Allí, al menos unas quince vecinos de San Carlos se autoconvocaron con un objetivo: reclamar por el agua potable.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Beatriz Costageannea manifestó que “desde hace meses estamos sin servicio de agua potable”.
Los manifestantes llamaron la atención de los miles de peregrinos que arribaban ayer a la tradicional fiesta.
Después de un par de horas, los vecinos de San Carlos se retiraron del lugar de forma ordenada y pacífica. “Simplemente queremos una solución. Nosotros queremos agua potable y lo venimos pidiendo desde hace mucho”, finalizó Costageannea.