A fines de la segunda década del siglo XXI aún persisten los mitos y temores respecto al VIH y el Sida. Contra un imaginario social que las toma como sinónimo de lo mismo (muerte y contagio) se han conformado redes de personas que viven con el virus en todo el mundo con el objetivo de generar herramientas y acciones en la sociedad. En la Argentina, la población que vive con VIH reclama la falta de medicamentos en el sistema de Salud Pública. A pesar de que en Misiones permanece estable en el acceso a los tratamientos, también lo es en materia de discriminación y el desconocimiento.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el referente provincial de la Red Nacional de Adultos Positivos de más de 30 años (RAP + 30), Hernán Vidales, detalló que “en realidad nuestra situación acá en Misiones es bastante estable. No hay faltantes de medicamentos ni de reactivos como sí hay a nivel nacional. Si bien estoy en la provincia, soy uno de los coordinadores nacionales y todo el tiempo recibimos las denuncias de otras provincias. Algunos medicamentos tienen una faltante y otros se modifica el esquema de la droga. Una pastilla, al no haberla nos dan las drogas que la componen pero por separado. Lo cual implica que el cuerpo no lo recibe de la misma manera al tomar. Eso genera un cambio no sólo de la dinámica corporal sino de la vida en sí”.
Luego de un diagnóstico positivo, “lo que se hace es comenzar el tratamiento lo más pronto que el cuerpo lo necesite, ya sea porque tenga una alta carga viral o por ser un diagnóstico tardío. Si los CD4, linfocitos de defensa, están muy bajos posibilita el ingreso de una enfermedad oportunista como una simple gripe que puede mutar a neumonía. Muchos pares han comentado que con la adherencia al tratamiento en dos o tres meses llegan a una indetectabilidad del virus. Pero siempre que sea un tratamiento sostenido”, añadió.
Respecto a vivir con el virus, Vidales contó que “el recibir el diagnóstico no solamente va a impactar en el cuerpo, sino también en la psiquis. No es algo fácil, porque realmente te cambia la vida la noticia. Muchas veces nos olvidamos que no abarca sólo lo biológico, sino que entra en juego lo afectivo y lo social. Cuando uno comienza a hablar que vive con el virus cambia toda tu dinámica social. Las personas te miran de otra manera, incluso te comportas diferente con los otros desde el nivel socioafectivo. Sobre todo sucede en provincias como Misiones, el NEA y NOA, son regiones signadas por estigmas. Es por eso que salimos a ser visibles porque pensamos que el estigma hay que combatirlo. Es así que ponemos la cara y el cuerpo para que los pares que quizás no tienen el empoderamiento o las redes de contención”.
En cuanto a su historia, contó que “hace 10 años atrás recibí el diagnóstico junto a mi familia. En ese momento mi médico, que es un familiar cercano, pensó que la mejor manera era contármelo junto con mis padres y hermanos. Lo recibí así, en una mesa en mi casa rodeado por mi familia donde fue un impacto para todos y todas. Mi mamá es enfermera y sabía lo que implicaba, porque en décadas anteriores vio morir gente en el hospital de Chaco. Mi papá no sabía bien qué significado todo esto; mis hermanos cuestionaron cómo fue posible que una persona con mi formación llegue a ese punto. En fin, en ese momento no me permití ser contenido porque tuve que contener a mi familia”.
A su vez, el referente de RAP+ 30 remarcó que iniciar el esquema de medicación “altera la dinámica de la vida. En aquel entonces mi tratamiento era mucho más invasivo y eran pastillas grandes casi imposibles de tragar. Si tenía que viajar, esa medicación tenía que llevarla refrigerada así que la tenía con hielo en una conservadora y el lugar a donde iba tenía que contar con heladera. Eso implicaba que me pregunten para qué lo tomaba. Todo el tiempo tenía que mentir, como si fuera algo malo vivir con VIH. Ese tipo de cosas me motivaron luego a hacerlo visible porque era enorme la angustia y sufrimiento para que no me vean tomando pastillas”.
Una salud integral
En materia de acceso a la salud, Hernán Vidales indicó que “en los 90, se sanciona una ley que reconoce como un derecho, además de la confidencialidad, el tratamiento gratuito y el análisis de carga viral con el recuento CD4 -para lo cual deben contar con reactivos para esos estudios-. El contexto nacional de este gobierno lo que hizo es reducir en todas las vacaciones las cargas disponibles. Por lo cual, entre las distintas organizaciones, lo que hicimos fue conformar un frente nacional por las personas con VIH”.
Asimismo, aclaró que “en realidad el sistema de salud mayoritariamente contempla lo biológico. La lucha, sobre todo en Misiones, es que también se incorpore el área de salud mental porque también somos sujetos sociales, no sólo un cuerpo que se medica para vivir. En un momento logramos trabajar con los residentes de psicología y trabajo social del hospital Carrillo, la idea es que al menos una vez a la semana realicen una atención. Aún resta ponerlo en marcha ese proyecto y sería muy bueno que suceda, porque ningún área de las provincias cuenta con una atención en salud mental para las personas con VIH, sólo farmacia, bioquímica e infectología”.
Carga viral indetectable
Vidales contó que “las personas con una carga viral al nivel indetectable posibilita que no lo transmitamos. La realidad es que así como uno ingresa a la indetectabilidad, también puede salirse porque no es permanente”.
5.800
nuevos diagnósticos se realizan por año en Argentina, según el último boletín sobre VIH, Sida e ITS. Se estima que 139 mil personas viven con el virus y el 17% lo desconoce.