Como parte de la oferta en educación técnica provincial, los alumnos de la EPET 25 de Campo Grande elaboraron diversos proyectos de asistencia comunitaria en escuelas cercanas y centros de salud.
Los chicos fueron los encargados de aplicar todo lo aprendido en la institución para reparar mobiliario y asistir en la revisión de instalaciones eléctricas. Muchos alumnos volvieron a las escuelas donde cursaron su primaria pero esta vez como técnicos para ayudar a mejorar la calidad edilicia de los centros de formación.
PRIMERA EDICIÓN habló al respecto con el director de la EPET 25, Aníbal Andrujovich, quien aseguró que “este trabajo lo comenzamos en 2010, cuando literalmente no teníamos lugar donde sentarnos. Nos ocupamos de hacer cosas para la escuela como asegurar las sillas y los borradores que todavía los hacemos para varios establecimientos. La reparación del mobiliario es siempre para las escuelas que lo necesiten, sean primarias o secundarias, y es permanente”.
Asimismo, añadió que “más allá de materializar lo aprendido, los chicos tratan de devolver algo a la sociedad. De esa forma, ellos dan valor a lo que hacen. Incluso en nuestra escuela cuidan más lo que tenemos porque fue hecho por ellos. Se trata de una forma de enseñanza que es real y palpable”.
Entre los principales desafíos, Andrujovich recordó que “en el centro de salud, en su momento se automatizó un generador eléctrico para cuando cortase la luz. Además, se revisó y reparó la instalación eléctrica en distintos sectores. También los chicos arreglaron las camas posturales para internación que estaban abandonadas”.
Durante las últimas semanas, estos alumnos de Campo Grande asistieron con la reparación de bancos y sillas para algunas escuelas cercanas.
“Hubo un trabajo puntual para una escuela primaria de la zona rural del kilómetro 17, quienes tenían un mobiliario que estaba totalmente fuera de uso y durante mucho tiempo. Ante la necesidad, una maestra nos consultó si se podría arreglar con los talleres de la escuela. En la medida de lo posible, recuperamos el material. Hace unos 20 días se hizo una parte de la reparación. Los chicos lijaron, pintaron, repararon, soldaron y toda la parte de las mesitas para apoyar los libros se hicieron de nuevo con madera, así como el asiento y el respaldo de las sillitas”, contó el director de la EPET 25.
Además, “otro grupo estuvo en una escuela primaria adventista con una reparación de los ventiladores y aires, además de la instalación eléctrica en las aulas. La particularidad fue que se trató de estudiantes que egresaron de esa escuela y ahora están en tercer año. Fue como una devolución y se sintieron orgullosos de volver a este lugar. Además se generó una empatía con los niños que ahora están ahí y es una manera de impulsar la labor de la EPET porque son estos alumnos los que luego buscan integrarse a la institución en los años siguientes. Así que de esta forma se alimenta constantemente la matrícula”, reflexionó.