José Enrique Skwarek se trasladaba hacia el centro de esta capital con el casco puesto y, nada indicó lo contrario, por su carril a la velocidad indicada por la ley. Sin embargo, la precaución y respeto por las reglas de tránsito fueron totalmente opuestas a bordo de una camioneta que lo arrolló a gran velocidad y desapareció sin rumbo presunto.
El dramático episodio fue aún mayor, ya que a las 12 y poco menos de cuatro horas después del impacto, el motociclista de 55 años -y domiciliado en el barrio San Isidro- perdía la vida pese al esfuerzo de los profesionales de la salud del Hospital Ramón Madariaga.
El traumatismo de cráneo fue determinante y se produjo sobre la avenida Quaranta a pocos metros del cruce con la avenida Cocomarola, pasadas las 8 y en una zona de mucho tránsito de automóviles, motocicletas y transporte de gran porte.
Lo que conmocionó al límite a los testigos de la colisión fue la huida del lugar de la Ford Ranger roja.
El conductor no frenó, muchos menos bajó a asistir al herido, desapareció de la zona y las labores de investigación de la comisaría Decimoctava hasta anoche no habían dado resultado positivo pese a los datos aportados por los circunstanciales testigos.
Se aguardaba con premura el análisis de los registros de cámara de seguridad de la zona, tanto los correspondientes al servicio de vigilancia de la fuerza de seguridad, como de los sistemas de seguridad privados.
De fuentes consultadas se estableció como vía de escape de la camioneta la calle Ávila en el sentido sur-norte y luego por la avenida Santa Cruz, a cuatro cuadras del sitio del choque, hacia el Oeste por la calle Fray Benito Suárez.
Entre las opciones inmediatas para rastrillar la zona, se instruyeron directivas a los investigadores de la Unidad Regional X y I, como también efectivos de la Dirección Homicidios.
Todas las actuaciones deberán comunicadas al juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, por subrogación a cargo del Juzgado 7 de turno durante noviembre.