Aproximadamente 60 ejemplares de distintos árboles, entre ellos nativos, frutales y de flores, fueron protagonistas durante el último fin de semana en la Colectividad Nórdica del Parque de las Naciones de Oberá, donde se llevó a cabo la 21ª Exposición de Bonsai, propuesta que lleva adelante una vez al año el grupo Misioneros Amigos del Bonsai.
El objetivo es mostrar los árboles en miniatura, fruto de una milenaria técnica oriental, pero los ejemplares no están a la venta, ya que sus cultivadores consideran imposible ponerles un valor.
“El bonsai es como un hijo, uno se encariña con el árbol por eso nadie lo quiere vender”, graficó Jorge Senn, uno de los expositores del fin de semana.
“Nosotros consideramos al bonsai como arte y todo artista quiere de alguna manera compartir su arte y quiere que la gente lo vea. Además, siempre hay gente que quiere empezar, nos consultan y es una manera de motivar la actividad”, justificó.
Al respecto, remarcó que las técnicas están al alcance de todos: “No es costoso ni dificultoso. Lo que sí hoy día, donde la inmediatez es lo primordial, va totalmente en contra de ese espíritu: exige paciencia y perseverancia. Lo recomendable es iniciar con árboles autóctonos, aptos para nuestro clima y las características de la tierra”, señaló Senn, quien se dedica a este arte desde hace 40 años.
“A mí me llena de satisfacción y es un cable a tierra, vengo a mi casa, me meto con mis plantas y me olvido de todo. Además, ver el fruto de lo que hacemos, poder mostrarlos y enseñar, es muy lindo”, insistió.
Respecto a los resultados de la Expo Bonsai 2019, Félix Rodríguez, otro de los expositores, evaluó que “el Parque es muy concurrido, así que tuvimos mucho público”.
“Estamos contentos, cuesta un poco pero vale la pena. La lluvia paró este domingo y se acercó mucha gente. Esta expo la hacemos con nuestros propios recursos y estamos agradecidos a todos los que se acercaron a visitarnos. También a la Colectividad Nórdica que nos brindó su casa. Este es un espacio ideal, por su entorno natural y porque la gente viene de paseo”, completó Senn.
Vincularse con la comunidad
Cada integrante del grupo Misioneros Amigos del Bonsai tiene en su poder entre 100 y 200 ejemplares de distintas especies. Se reúnen una vez al mes para intercambiar experiencias, especies y compartir la pasión que representa este arte milenario, que demanda principalmente paciencia.
La cita anual representa la vinculación con el resto de la comunidad, que en su gran mayoría -según comentaron desde el grupo- conoce y admira el arte que tiene su origen en China, hace más de 2.500 años. En esta oportunidad expusieron sus cultivos las familias Rodríguez, Esteche, Senn y Kislo.