La ilusión por la vivienda propia, en tiempos de crisis, hace que muchas familias contemplen propuestas económicas a la hora de construir. Si bien existen opciones en el mercado, y de muy buena calidad, hay veces en las que lo barato sale caro.
Así lo comprobaron veinte familias misioneras que denunciaron en las oficinas de Defensa del Consumidor que fueron víctimas de chantajes por parte de empresas constructoras de viviendas de madera.
“El 90% de las denuncias se deben a que quien las construye no reúne los requisitos de idoneidad o de solvencia económica para terminar la obra”, reveló a PRIMERA EDICIÓN el director de Defensa del Consumidor, Alejandro Garzón Maceda.
En este sentido, contó que durante el último año recibieron una veintena de denuncias de parte de familias de bajos recursos. “La mayoría son de Posadas, zona Centro, algunas de Iguazú y otra de Comandante Andresito”, adujo.
“Los consumidores presentaron varias quejas por parte de empresas que comercializan viviendas de madera mediante un sistema en el que no reúnen los requisitos que se necesitan para construir, es decir, planos aprobados por los municipios, planos de seguridad eléctrica y el tratamiento correcto de la madera”, explicó.
En este contexto, indicó que existe una reglamentación establecida por la Secretaría de Vivienda de la Nación y por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para que las casas de madera sean aprobadas como viviendas públicas, aunque en muchos casos “esta no se tiene en cuenta”.
Señaló que una situación similar ocurre en el sector de la construcción tradicional. “Tenemos muchas denuncias contra empresas constructoras que tienen la obligación de concluir con las obras del Plan Techo y nunca las terminaron o lo hicieron de manera deficiente”, contó.
A todo esto, manifestó que “el problema de las casas de madera es que muchas veces cualquier aserradero se larga a construir, cuando se debe contratar a alguien que sepa lo que está haciendo para que dure y la vivienda sea segura”.
“En el último año hemos recibido una veintena de denuncias, en muchos casos de familias de bajos recursos o clase media por esta situación”, detalló.
En consecuencia, Garzón Maceda recomendó a los consumidores que hayan tenido inconvenientes “que se acerquen y realicen la denuncia correspondiente”.
“Lo básico es denunciar, eso hace que la empresa se vea en la situación de corregir el tema. Si alguien piensa en construir le pedimos que se asesore primero y que verifique si el lugar no posee antecedentes”, comentó.
“Cuando es muy barato hay algo que no está bien, hay que pedir la descripción y los planos. No son solamente los datos de quién construye y con qué tipo de madera, sino cómo lo hace”, añadió.
Informarse es la clave
Quien encendió la alarma sobre las estafas, fue el presidente de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (APICOFOM), Guillermo Fachinello.
“Tuvimos varias consultas de personas que compraron viviendas y no las están entregando, o se las entregan por parte y nunca se las terminan. Son empresas que se instalan en un pueblo y luego desaparecen. La gente en su necesidad acepta viviendas muy económicas y después se encuentran con que no son lo que habían pactado”, reveló el titular de APICOFOM.
Manifestó que “situaciones similares se registraron en otras provincias, como Córdoba, donde se creó un registro de constructores de viviendas de madera para controlar un poco la actividad debido a las estafas cometidas, algunas de varios millones de pesos”. “Los perjudicados son personas que están intentando tener su primera vivienda”, apuntó.
Indicó que en Misiones, en tanto, se están realizando charlas y cursos para difundir un sistema constructivo perdurable en el tiempo y para que las viviendas de madera tengan todas las características adaptables a nuestro clima.
Asimismo, advirtió que “la situación se agravará más porque la gente que compró viviendas tendrá problemas por la devaluación”. “Creemos que esto será una excusa para las empresas, ya hubo varios casos de este tipo en Iguazú y Posadas”, añadió.
A quienes ya fueron víctimas de estas maniobras, Fachinello les sugirió que se dirijan a las oficinas de Defensa del Consumidora para presentar el reclamo.
“Aparentemente esto no es un delito penal, se trata de una infracción comercial y la gente sigue trabajando. A quienes se acercan a la APICOFOM le entregamos una lista de empresas en la provincia que están certificadas, al menos en su sistema constructivo. La parte comercial ya no es nuestra responsabilidad”, remarcó.
A tener en cuenta
A la hora de encarar un proyecto para la construcción de una vivienda, el titular de la APICOFOM dijo que “con la firma del arquitecto, las personas ya están cubierta”. “De esta manera el profesional que firma es responsable de la calidad de la obra”, añadió.
Por ende, enfatizó que se debe solicitar a la empresa constructora “los planos inscriptos en la Municipalidad de locación del proyecto”.
“Hay gente que directamente no te construye nada y desaparece, o te entrega la mitad de la casa. Esto escapa de nuestro control. Lo único que podemos hacer es sugerir el sistema constructivo, ni siquiera la empresa, la gente es la que decide”, aseveró.
Para finalizar, Fachinello explicó que “si bien la parte constructiva ya está regulada, la parte comercial es como la operación de compra de un auto o un terreno”.
“Es un riesgo y por eso muchos caen en estafas”, concluyó.