El cementerio La Piedad recibió este sábado a cientos de personas que se acercaron para visitar y recordar a sus seres queridos que se encuentran descansando en este lugar.
Y es que cada 2 de noviembre en todo el mundo se conmemora el Día de los Fieles Difuntos, cuya finalidad es precisamente, orar y recordar a todas aquellas personas que han pasado a la otra vida.
Por ello a pesar del calor de la jornada, muchas personas concurrieron hasta el cementerio ubicado en la avenida Almirante Brown, para participar en las misas, llevar flores, prender velas o simplemente compartir un momento en familia junto con sus difuntos.
“Estamos recordando a nuestros familiares y amigos que ya partieron hacia la casa del Padre. La iglesia y el mundo entero recuerdan esta fecha como el día de los difuntos, entonces nosotros como iglesia tratamos de acompañar a todos nuestros fieles y que ellos puedan sentir ese amor de Dios como parte de ellos”, comentó Gabriel Olivera, seminarista que participó en las misas celebradas en el cementerio.
Además, en el ámbito de paz que transmiten estos lugares de descanso, la gente encuentra un refugio en donde poder estar, de cierta manera, aún en contacto con sus seres queridos. Aquí la muerte pasa a ser sólo física, porque la esencia, los recuerdos y el cariño que se tiene por aquellos que nos han dejado atrás en este mundo aún perdura.
Esto es lo especial que tienen fechas como éstas, ya que permiten recordarlos, algo que quizás con el trajín del día a día se suele pasar por alto. “Uno a veces ni se acuerda, con todas las cosas que tiene que hacer, con el trabajo y todo eso. Pero hay que darse el tiempo y venir para visitar a los parientes” comentó Franco Cerdán, mientras recorría el cementerio junto a la familia de su novia.
Pero que sea un día para recordar a los difuntos no necesariamente lo transforma en un suceso triste. Algunos de aquellos que se acercaron al lugar, llegaban con sus hijos pequeños, o con sus amigos para a pasar un momento distinto, inclusive había quienes llegaban con sus equipos para tomar unos mates mientras prendían las velas y charlaban.
“Es un día especial para esto, además, es un lugar silencioso, con tranquilidad y paz, donde se puede conversar, tomar mates y de paso acompañar a los familiares”, comentaba una señora.
Y es que este día se trata eso, de recordar de buena manera a los seres queridos. “Recordarlos sabiendo que Jesús es la resurrección de la vida, que esto no queda acá, que como Jesús resucitó, nuestros familiares también y desde allá ellos nos acompañan, que ellos puedan llegar al Padre y que desde allí, ellos nos sigan acompañando y que sean nuestra fuerza para seguir”, reflexionó Olivera.
En ese marco, se brindaron dos misas por la mañana (a las 8 y a las 10) y se celebrarán otras tres después del medio día a las 14, a las 16 y a las 18. “También estamos todo el día acompañando para bendecir algunas tumbas y para acompañar y charlar con la gente que necesita ser escuchada”, cerró Olivera.