La sesión del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil que puede definir la liberación del ex presidente y líder opositor Luiz Inacio Lula da SIlva y otros 5.000 presos se interrumpió este miércoles, con un resultado parcial de tres a uno a favor de mantener la situación actual, y siete votos pendientes que se definirán mañana.
El debate del STF es considerado clave porque puede anular la llamada “doctrina Lava Jato”, que por fuera de la Constitución es aplicada para encarcelar a los condenados con sentencia confirmada en segunda instancia.
El país se encuentra atento a la votación a raíz de que varios presos por corrupción en la operación Lava Jato pueden ganar la libertad, entre ellos Lula, condenado a ocho años y 10 meses de cárcel.
Además, el ex mandatario espera la anulación de su causa por supuesta parcialidad del entonces juez Sérgio Moro, hoy ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro.
Lo que está en juego es el entendimiento de un artículo de la Constitución que indica que nadie puede estar preso hasta que hayan sido completados los recursos de apelación en todas las instancias.
En 2016 la mayoría del STF innovó por fuera de la carta magna al determinar que era posible detener a un acusado sin peligro para la sociedad con un fallo de cámara.
Ahora, varias acciones de asociaciones de magistrados y abogados, y partidos políticos como el derechista Patriota y el Partido Comunista de Brasil (PCdoB), reclaman el regreso al antiguo entendimiento bajo la letra de la Constitución de 1988.
En una sesión televisada, el primero en votar fue el ministro Marco Aurelio Mello, quien se pronunció en contra de la llamada doctrina Lava Jato.
“Presos en segunda instancia que sean posteriormente absueltos no logran recuperar los días de libertad perdidos; la Constitución dice que nadie será considerado culpable hasta que tránsite totalmente en el Poder Judicial la sentencia penal condenatoria”, argumentó.
En cambio, los jueces Edson Fachin, Alexandre de Moraes y Luis Roberto Barroso adhirieron por diversas razones a respaldar el actual entendimiento y mantener a los sentenciados presos.
Barroso aparece en las conversaciones reveladas por The Intercept Brasil como un firme aliado del fiscal Deltan Dallagnol, de la primera instancia de Curitiba, dentro del STF. Incluso participaron de reuniones sociales y mantienen una alianza que también se da en lo jurídico.
Los jueces que voten contra la doctrina Lava Jato fueron amenazados por Twitter por el ex jefe del Ejército y el miércoles, el asesor especial de Bolsonaro, general retirado Eduardo Villas Boas, alertó sobre “las consecuencias de la impunidad”. Lo mismo hicieron agrupaciones bolsonaristas de empresarios camioneros.
Fuente: Agencia Nacional de Noticias Télam