
Los abogados defensores de los tres policías imputados por la ejecución de Víctor Fernando Márquez Dos Santos, presentaron ante el juez de Instrucción, Fernando Verón, la solicitud de excarcelación de cada uno de ellos.
La decisión será analizada durante las próximas horas por el magistrado, aunque las voces especializadas en derecho consultadas por PRIMERA EDICIÓN adelantaron que sería de mínima probabilidad que sea aceptada la medida.
La gravedad de la imputación provisoria para los dos oficiales y un suboficial, como la posibilidad de entorpecimiento de la investigación y hasta el riesgo de fuga resultarían determinantes para el rechazo del pedido.
Los tres uniformados, hay cuatro más supeditados a la causa, pertenecían a la comisaría de Santa Ana, y todos formaron parte de la guardia de la noche y madrugada en que el adolescente de 16 años fue asesinado de un disparo en el ojo que le destrozó la cabeza y provocó la muerte en el instante.
La bala calibre nueve milímetros corresponde al arma, pistola reglamentaria, de un oficial de 32 años, quien el miércoles se abstuvo de declarar ante en el juez Verón, subrogante del Juzgado de Instrucción 2 durante agosto.
El sospechoso que enfrenta la calificación que prevé pena de prisión perpetua, sólo manifestó en el acto de indagatoria que no estuvo en la escena del crimen y se aseguró inocente.
Querellantes
Las hermanas de Víctor Dos Santos se constituyeron esta semana como querellantes en la causa. Su representación está bajo el padrinazgo del abogado Mauricio Hadad.
De lo colectado hasta el momento en los dos cuerpos del expediente y analizado presentarían la semana próxima que sean citados a declarar como testigos, las dos hermanas de la víctima fatal y un cuñado, entre otros posibles testimonios que soliciten al magistrado.
Toda la guardia
De los siete policías involucrados, cinco son suboficiales y ocupaban diversas funciones de guardia en la comisaría de Santa Anta.
En las viviendas de todos ellos hace una semana se secuestraron las armas reglamentarias, pistolas nueve milímetros. Todas fueron peritadas y se determinó que la del oficial mencionado, que cumplía la función de oficial de servicio de la seccional el 23 y 24 de agosto, correspondía a la que ejecutó a Víctor Márquez Dos Santos.
La prueba al casquillo encontrado en el escenario de muerte y el plomo o munición que atravesó la cabeza del menor fueron coincidentes con el arma señalada. Además en el expediente hay testimonios que comprometen al oficial señalado como autor del disparo.
Seguimiento de la CPPT
La Comisión Provincial de Prevención de la Tortura, perteneciente a la Cámara de Representantes de la Provincia, tomó contacto con la familia de Víctor Márquez Dos Santos el pasado martes y adelantó que monitorearán o seguirán el expediente, principalmente, en caso que existan evidencias o pruebas que apunten a que el homicidio fue el desenlace de previos actos de amedrentamiento, tortura o presiones sobre la víctima.
El presidente de la CPPT, Eduardo Scherer, aseguró a este Diario que “no descartamos nada y si bien no tenemos potestad de querellantes, podemos seguir de cerca y denunciar si encontramos en la investigación rastros de que existió abuso policial o tortura, amenazas, cualquier tipo de apremio con antelación a la muerte”.
Adelantó que se trabaja en la “contención de los familiares de Dos Santos”, pero fundamentalmente acompañar a la Justicia. “No podemos solicitar medidas en el expediente, pero sí señalar si hubo trato cruel previo hacia la víctima”.
“Papi no te preocupes me fui a la iglesia”
Por: Eliana Dos Santos
Hermana del menor asesinado en Santa Ana.
Publicado por “La Garganta Poderosa”.
Hermanito volvé conmigo. Es horrible estar en la casa y no tener a quién decir “andá a estudiar”. Me dejaste un vacío que hoy más que nunca se siente porque no nos dan una respuesta.
El sábado 24 de agosto me levanté por la mañana, le preparé el desayuno a papá y le pregunté por Víctor, me dijo: “Salió temprano a la iglesia”.
La noche anterior, mi hermanito le dijo: “Papi si te levantas mañana y no estoy, no te preocupes que me fui a la Iglesia”. Tenía que estar temprano para la venta de locro, iban a recaudar plata para hacer una chocolatada el domingo y festejar con las niñas y niños. Papá le había dado unas monedas para colaborar con las verduras. A las 10.30 llegó la policía con la foto y nos dijeron que lo mataron. Un vecino le comentó a mi papá que encontraron a un chico muerto y decidió ir a la comisaría. Ahí se enteró. Yo no me animé a decírselo.
A Víctor lo encontraron cerca de la Escuela de Comercio 10, a diez cuadras de la iglesia. No sabemos cómo llegó hasta ahí.
Una mujer policía que estuvo en el hecho, declaró que Víctor se encontraba con dos amigos y se cruzaron con la patrulla que volvía a la comisaría, donde se bajó una mujer y subió ella. El móvil volvió hacia donde se encontraban los pibes, escaparon sus dos amigos, quedando Víctor solo. Un policía se bajó, caminó hacia él y le disparó en el ojo derecho. No tenía marcas de arrastre, ni otras lesiones.
Subió al patrullero y amenazó de muerte a sus colegas si contaban algo. Los testimonios de los vecinos aseguraron que vieron a un patrullero que llevaba tres chicos, que los otros dos pudieron escapar, no sabemos quienes son, ni estamos seguros.
La policía cientifica confirmó que la bala nueve milímetros es del arma reglamentaria del oficial, que descaradamente estuvo en el velorio, le tocó el hombro el mi hermana Cinthia y le dijo: “Quedate tranquila que todo se va esclarecer”. ¡No sabemos qué fue a hacer ahí! Los vecinos comentaron que tenía la costumbre de ir por la calle, sacar el arma y apuntar.
Víctor tenía 16 años, era un chico que no salía mucho, estábamos pendiente de cuidar que papá esté bien. Le gustaba el rap, componía y cantaba en la escuela y en la iglesia. Era muy colaborador
Mi anhelo es que el asesino cumpla condena perpetua, que pague por las dos muertes. Papá, tenía 66 años, sufría parkinson y no aguantó la pérdida de mi hermano y también se terminó yendo.