
Los tres policías detenidos en el marco de la investigación por el crimen del adolescente Víctor Fernando Márquez Dos Santos (16) se abstuvieron de declarar, durante la indagatoria ante el juez de Instrucción 2 (subrogante) Fernando Luis Verón.
No obstante el principal sospechoso solicitó manifestar al magistrado -a través de su defensa- que “no tuvo participación en el hecho”, haciendo la salvedad de que pedirá “ampliar su declaración una vez que el expediente tenga todas las pruebas incorporadas”, indicaron las fuentes.
Tras realizar el trámite judicial el juez dispuso la imputación provisoria para los dos oficiales y un cabo primero que seguirán bajo arresto.
La acusación -en forma preventiva- es por “homicidio simple agravado por ser cometido por un funcionario público en ejercicio”, que ahora y a criterio de la fiscalía podrá modificarse en algunos casos, teniendo en cuenta que la Justicia investiga la autoría y la participación secundaria, entre otras responsabilidades, si es que las hubiera, indicó una fuente.
A todo esto la familia de la víctima decidió en las últimas horas suspender la marcha prevista para este viernes y que iba a ser la cuarta manifestación y concentración de parientes, vecinos, amistades y allegados a la víctima. En ese sentido informaron a PRIMERA EDICIÓN que en breve fijarán nueva fecha para la convocatoria.
Ejecución
La madrugada del pasado sábado 24 de agosto Víctor Fernando tenía muchas actividades pendientes. Una de ellas era ayudar a cocinar un locro en el templo evangélico del que formaba parte como asistente. Al parecer también se hizo un tiempo para ir a buscar a una amiga, con la que se cree estaba iniciando una relación. Una de las hipótesis es que el joven se desvió de su ruta habitual y se dirigió en dirección a la vivienda de la menor.
Fue allí que se habría cruzado con la camioneta policial, cuyos efectivos habrían estado cometiendo algún tipo de acción ilegal que nunca debió haber visto.
Esta sospecha surgió a los pocos minutos de ser hallado el estudiante muerto y el sábado pasado, siete días después del homicidio, tomó mayor fuerza con las detenciones concretadas.
El cuerpo del adolescente fue hallado sobre un camino vecinal terrado. En base a los forenses la víctima fue ultimada de un disparo en el ojo derecho estando boca arriba tendido sobre la calle terrada, lateral de la escuela mencionada y a treinta metros de la avenida San Martín de Santa Ana.
Se puede interpretar con certeza que fue asesinado en total estado de indefensión, sin haber puesto resistencia. El disparo le atravesó la cabeza y le quitó la vida de manera instantánea. Tras el hallazgo de una vaina servida calibre 9 milímetros en la escena se supo el tipo de arma utilizada para el crimen.
Luego del análisis comparativo de la deformación del proyectil o “plomo” que le quitó la vida al menor, se adelantó con posibilidad de certeza que corresponde a los utilizados por la misma arma reglamentaria que se le secuestró a uno de los dos oficial subayudantes (actualmente detenidos), de servicio durante la noche del viernes 23 y la madrugada del sábado 24 de agosto en que fue ejecutado el adolescente. Concretamente eran de la pistola del efectivo de 32 años más complicado en la causa.