Las Ferias Francas cumplieron 24 años y -ya pensando en los 25- los referentes aprovecharon, tras una reunión que mantuvieron en la sede de Agricultura Familiar, para hacer un repaso por las más de dos décadas de funcionamiento. Además, expusieron que el desafío del sector productivo, de ahora en adelante, es lograr el abastecimiento a Misiones.
El inicio de la actividad se dio en Oberá, en un contexto de crisis a nivel nacional, por lo cual se pensó en una nueva propuesta para evitar un éxodo rural. Actualmente la metodología de venta se replica en 60 lugares y participan unas 1.200 familias de la tierra colorada.
En conversación con PRIMERA EDICIÓN, Eugenio Kassalaba, uno de los fundadores de las ferias en Oberá, señaló que “es un motivo de vida, un sentimiento y una cuestión social”.
En cuanto a los desafíos, dijo que “para los próximos años el objetivo debería ser abastecer a Misiones”.
En este punto, consideró que “todo lo que llega de otras provincias, el productor lo puede hacer aquí, menos la ciruela, la manzana y el durazno que necesitan otro clima. Esperemos que algún día podamos decir que es producto madre de Misiones lo que consumimos”.
Asimismo, apuntó que “el Gobierno de la Provincia está apoyando” y agregó que “hay políticas de estado, incluso la Feria Franca tiene presupuesto propio y se están dando insumos a los productores”.
En consecuencia, deslizó que “a nivel producción mayorista tiene que haber una cuestión de créditos”. Contó que “éste es uno de los puntos que está viendo Agricultura Familiar, de que existan créditos blandos para adquirir maquinarias”.
Aseguró, a la vez, que para lograr el objetivo es “necesario trabajar asociadamente o con cooperativas de maquinarias. Hay que trabajar mucho con los productores y generar conciencia”.
Por su parte, Hipólito Arenas, manifestó que las ferias generaron que el colono pueda conocer el precio real de los productos y saber a cuánto debe comercializar.
“Esto es un logro porque antes vendían por menos plata. Además, el dinero que se comercializaba en Posadas quedaba acá porque el colono hacía la compra de mercadería en los supermercados locales”.
Remarcó que con el pasar de los años se fueron sumando a las ferias nuevos productos, según la demanda de los consumidores. Sumado a esto, los colonos se vieron obligados a aprender a cultivar otras hortalizas o verduras, como ser el coliflor o la rúcula.
Si bien la presentación de los productos mejoró, todavía falta, dijo. “A futuro queremos trabajar en la presentación de los productos, pero el consumidor está acostumbrado a elegir su verdura”, detalló.
Por otro lado, Oscar Mathot, quien estuvo en los inicios de la actividad, remarcó que “en la feria se ve el producto, pero también la vida de los productores. Creo que eso la gente lo captó y de ahí también el éxito que tiene. Hay una sintonía entre el consumidor y los colonos”.