El único detenido -y a pocas instancias procesales de ser juzgado- por el robo y tentativa de homicidio del juez Laboral 1 de esta ciudad, Manuel Silva Dico, se fugó de su arresto domiciliario en Candelaria, de donde no debía moverse sin autorización y era monitoreado por una pulsera electrónica desde fines del año pasado.
El temido exconvicto fue atrapado a fines de 2016, treinta días después de, presuntamente, cometer el ataque al magistrado frente a su domicilio de la avenida 115 (Lucas Braulio Areco) casi Bustamente, frente al club San Francisco de esta capital.
El ahora prófugo tiene 65 años y habría desaparecido el sábado 17 de agosto a las 20 del lugar asignado para cumplir con la prisión morigerada, otorgada en 2018 por el juez de Instrucción 6, Ricardo Balor, porque padecería un cuadro avanzado de diabetes, entre otra complicaciones de su salud.
La señal de monitoreo de su pulsera de seguimiento salió de rango del inmueble del barrio San Cayetano de Candelaria (lote agrícola 26, manzana 392). Los agentes del Servicio Penitenciario Provincial a cargo de los controles del “Programa de personas bajo vigilancia electrónica” notaron la irregularidad y se contactaron con los tutores asignados para el cumplimiento del arresto domiciliario del acusado.
A las 23.15 del sábado, y aparentemente por vía telefónica, el SPP estableció contacto con la mujer y el hombre a cargo del detenido y comunicaron que éste se había alejado de la zona permitida porque una dolencia lo habría obligado a ir hasta el Hospital de Fátima a buscar medicamentos.
Al día siguiente, pocos minutos después de las 11, y ante la ausencia aún de la señal de la pulsera electrónica, los agentes penitenciarios fueron hasta la propiedad mencionada y constataron de manera directa que el imputado no se encontraba allí, por lo que se iniciaron las labores de búsqueda.
Oficialmente la denuncia por la desaparición y fuga se radicó en la comisaría de Candelaria durante la madrugada de este lunes y se dio intervención al juez Fernando Luis Verón, subrogante del Juzgado de Instrucción 2 durante agosto.
Se iniciaron las actuaciones por el delito de “fuga” e “incumplimiento de la prisión morigerada”.
Le revocaron el beneficio
Desde el Juzgado de Instrucción 6 trascendió que, una vez que sea hallado el acusado, deberá ser remitido a una celda común porque se le revocó el beneficio del arresto domiciliario y deberá afrontar una nueva imputación judicial por parte del juez de Instrucción de turno, en este caso Verón y por los delitos de “fuga e incumplimiento”.
Claro está que esto debería ocurrir cuando sea atrapado nuevamente. Por lo pronto, su paradero volvió a ser una incógnita.
El exconvicto fue imputado en febrero de 2016 por el grave episodio contra el magistrado Manuel Ángel Silva Dico.
Tal como adelantó de manera exclusiva este Diario, quedó sujeto a proceso por los delitos de “robo calificado y tentativa de homicidio, dos hechos en concurso real”, según la resolución del juez Balor.
La normativa vigente indica que, ante el auto de prisión preventiva, el acusado debe ser trasladado hacia una unidad del Servicio Penitenciario Provincial.
Entonces, y como se lo considera como un sospechoso de alta peligrosidad (ya había purgado más de veinte años tras las rejas por distintos delitos, entre ellos, un caso de “privación ilegítima de la libertad”), fue enviado a la Unidad Penal Provincial VIII en Cerro Azul.
Labor de investigación
Cabe señalar que el ahora prófugo había sido atrapado durante la madrugada del viernes 30 de diciembre de 2016, justo un mes después del delito contra el juez laboral.
Investigadores de la Dirección Homicidios y de la seccional Decimotercera de la Policía provincial, en labor conjunta con pesquisas de San Luis, lo detectaron en el barrio UPCN de Juana Koslay, una localidad emplazada a nueve kilómetros de la capital puntana.
Los investigadores llegaron a él mediante un minucioso entrecruzamiento de datos.
Fueron los efectivos misioneros quienes cruzaron medio país, más de tres mil kilómetros, para traerlo al Juzgado de Instrucción 6 y que se haga efectiva la acusación.
Se abstuvo de responder preguntas en indagatoria, sólo aseguró ser inocente, aunque admitió que estuvo en Posadas al momento del ataque, pero para visitar familiares en la zona.
Sin embargo, el reconocimiento realizado por testigos y el propio Silva Dico fueron elementos centrales para sostener la acusación.
De esta manera se le dictó la prisión preventiva al puntano como uno de los dos hombres que protagonizaron el presunto intento de secuestro que vivió Silva Dico minutos antes de las 22 del miércoles 30 de noviembre de 2016, cuando armados intentaron llevarlo en su propio automóvil.
Sin embargo, la víctima se trabó en lucha y sus gritos alertaron a vecinos de la zona, quienes finalmente intercedieron y pusieron en fuga a los delincuentes.
En medio de esa pelea, uno de los ladrones alcanzó a disparar, pero el proyectil quedó trabado en el cañón del arma y la víctima se salvó de milagro cuando le apuntaba a la cara.