El regreso de la hija pródiga. Esta vez, con una medalla colgada en el pecho. Yamila Rodríguez volvió al Club Huracán con la plata panamericana y la pilcha que lució en los Juegos de Lima para apoyar a las chicas que entrenan para llegar, algún día, tan lejos como ella.
EL DEPORTIVO la acompañó en su reencuentro con el club que la vio nacer. “Te damos la bienvenida y las gracias por la defensa que hiciste de la selección en Perú”, le dijo Zaira, una de las jugadoras del Globo, tras el paso de Yamila por una suerte de túnel de chicas que la recibió a puros aplausos. “Gracias por esto. Al Chino (Torres) por darme la oportunidad de estar de vuelta acá. Es mi segunda familia y esto lo quería disfrutar con ustedes”, agradeció Yamila a las chicas y al DT que la formó, mientras esa medalla de plata pasaba de mano en mano y Zaira se probaba la camiseta 15 celeste y blanca, la misma que lució Yamila en Perú. Todo para la foto.
Antes del picadito, un mano a mano con EL DEPOR para la delantera de Boca, que pasó de la desazón de quedarse afuera de la lista final para el Mundial de Francia de este año, a subirse al segundo escalón del podio en los Juegos Panamericanos de Lima. “Esto es una revancha para mí. Como le dije a la gente que siempre estuvo ahí, no me fui al Mundial pero gané una medalla, que era lo que quería. Claramente el fútbol te da revancha y me la dio de la mejor manera”, dijo la exGlobita. Está de más decir que fue duro quedarse afuera de la cita mundialista. “Quizá en el momento me sentí súper mal, porque quedar afuera de una lista para el Mundial te pega mucho, pero yo estoy súper contenta y feliz por lo que logré y logramos con todas mis compañeras”.
Fue el primer panamericano para la misionera. Yamila se tomó con precaución la convocatoria tras lo sucedido en la previa a Francia. “Estaba en duda si iba o no porque las decisiones las tomaba el técnico (Carlos Borrello), así que agradecida a él también por darme una oportunidad más, a mí y a varias chicas”, destacó Yamila.
A medida que fueron pasando los partidos, Argentina se encaminaba para estar en la definición. Tres jugados, dos ganados y un empate colocaron a las chicas en la serie de semifinales. “A medida que veíamos la medalla más cerca estábamos más contentas”.
Llegó la semi con Paraguay y Yamila y compañía se despacharon con un 3-0 y se aseguraron una presea y la final. Habían hecho historia. “Es una locura lo que logramos con mis compañeras y con todo el cuerpo técnico, así que agradecida a Dios”.
En la final apareció Colombia y truncó el sueño de las chicas de colgarse la dorada, pero su nombre ya estaba tatuado en la historia. Para siempre. “Queríamos traer una medalla, no importaba el color, obviamente uno siempre quiere la de oro, pero ésta vale más que oro”.
Las tres semanas en Lima no dieron mucho lugar a turismo para las chicas argentinas “porque cada dos días teníamos un partido, así que el momento que nos quedaba era sólo para entrenar”, dijo Yamila. Además, el constante mal tiempo no ayudó a las actividades turísticas. “Estaba todo el día súper gris, no veíamos el sol. Cuando volvimos nos acordamos que el cielo es celeste”, dijo entre risas. “Igual fue súper lindo”, agregó.
Más linda aún fue la noticia que la esperaba en Argentina y el papel que aguarda por ella en su regreso a La Boca: su primer contrato profesional y, como si todo ésto fuese poco, con el club de sus amores. “Mis compañeras ya firmaron. Ahora nos toca firmar a las que estuvimos afuera, me están esperando sólo para eso”, señaló. Otro premio, otra medalla, otra vez un lugar en la historia: Yamila será parte del primer plantel femenino de Boca que estampe su firma en un contrato profesional. “Estoy súper contenta, es la primera vez que voy a firmar un contrato profesional y más del club que soy hincha”.
Consiguió todo lo que quería, ¿qué más hay para Yamila? “Ahora quiero agradecerle a mi familia que siempre estuvo ahí, que me apoyaron. Ayer (por el domingo) me esperaron con una súper sorpresa. Todo esto gracias a Dios y a la gente que siempre me da un empujón para seguir”.
La visita a Posadas termina mañana. Ya debe volverse a Boca para comenzar a entrenar de cara a lo que se viene. Antes, el paso por donde empezó todo: el Club Huracán. “Vine un ratito para disfrutar con las nenas, que es lo que más quiero cuando vengo acá”.
Entonces, se repartieron las camisetas, se dividieron los equipos, se precalentó un poco. Mientras, Yamila se prestó para las fotos, con esa medalla única e histórica. No la mordió porque “sólo se muerde la de oro, no la de plata o bronce”, contó.
Después saltaron a la cancha. Yamila como una más, como cuando empezó todo. Un ratito, para despuntar el vicio. “Quería apoyarlas. Saben que tienen todo mi apoyo. Ahora vamos a hacer un fútbol y vamos a ver qué tal están”, les había dicho minutos antes del match amistoso. Y así fue. Volvió la hija pródiga. Volvió con su medalla.