Entre todos los deportes, quizás sea el boxeo el encargado de nutrir las historias más fabulosas de la superación humana. No tiene que ver sólo con los combates históricos que trascendieron distintas generaciones, si no también con los relatos que se esconden detrás de sus protagonistas, muchas veces salidos de contextos difíciles y que, golpe a golpe, lograron desafiar e incluso vencer a la lógica.
La posadeña Fátima María Báez tiene 22 años y se probó los guantes por primera vez hace cuatro. Desde entonces, el pugilismo la deslumbró. Hoy sueña con “ser una campeona”, como le cuenta a EL DEPORTIVO, mientras se apoya en la figura de la “Tigresa” Acuña, su ídola. “La admiro por su forma de ser y porque empezó de abajo. Me siento representada y me gustaría llegar lejos como ella”, admite.
Falta mucho, pero se hace camino al andar. No hay otra forma. Y en los próximos días, Fátima puede dar otro golpe: tras vencer en el Regional NEA que se disputó la semana pasada en 25 de Mayo, participará del Torneo Nacional organizado por la Federación Argentina de Box, del 19 al 25 de agosto en Formosa.
Nada es fácil y menos arriba del ring, donde nadie regala nada. Pero “Tati”, como se la conoce en el mundo pugilístico, quiere sorprender. “Estoy confiada y mi meta va a ser ganar, no me conformo con el segundo puesto”, promete. Box.
Una pasión es una pasión
Fátima es del barrio Los Kiris de Posadas, donde en 2015 le picó el bicho y quiso saber un poco más de ese deporte que tantas veces había visto por televisión. “Empecé porque quería probar, ver qué se sentía estar arriba del ring. No tenía familiares ni nada que hicieran boxeo. Empecé yo por mi lado”, cuenta “Tati”, quien entonces conoció a Eduardo “Rana” Vallejos, que se transformó en su entrenador pero también en su compañero de vida.
Durante casi cuatro años, cuenta Fátima, se preparó en lo físico y técnico. “De a poquito”, agrega, hasta que en 2018 empezó su camino en las peleas amateurs. “Gané y me empezó a gustar mucho, seguí peleando y volví a ganar”, cuenta sobre aquel debut. Hoy lleva 25 peleas y, hasta el momento, no conoció la derrota.
La pregunta se impone. ¿Hay que ‘ligar’ mucho para convertirte en boxeadora? “Sí, un poquito”, se ríe “Tati”, para quien los inicios tampoco fueron fáciles: “Al principio tenía miedo, pero después de pelear arriba del ring, gané coraje y más ganas de ir al frente. El boxeo es voluntad, te tiene que atrapar. A mí me gusta y apasiona”.
La semana pasada, en 25 de Mayo, logró dar un primer paso en el largo camino que le impone su sueño tras vencer a rivales de Chaco y Corrientes para ganarse su boleto al Nacional de Formosa, que arranca dentro de siete días. Esa es su meta a corto plazo.
“Falta una semana. Estamos trabajando bien, así que confío en la técnica y el entrenamiento. La meta allá va a ser ganar, no me conformo con el segundo puesto, en mi cabeza está ganar y mostrar todo lo que puedo dar, demostrar que se puede salir desde abajo y llegar lejos”, confiesa Fátima, empleada municipal pero, además, técnica nacional de boxeo.
Para llegar de la mejor manera a Formosa, Báez entrena de lunes a sábados en doble turno. “Hago dos horas a la mañana y otras dos a la tarde. En el primer turno, por ejemplo, trabajo principalmente en lo físico. Salgo a trotar o hago footing, todo lo que es resistencia. Y a la tarde me dedico a hacer un poco de guanteo. Trato de mejorar siempre, de a poco, pero firme”, sostiene “Tati”, quien también debe cuidar del físico. Por eso, sigue una dieta estricta en la que predomina el pescado, algunos lácteos, ensaladas y frutas.
A pocos días del debut nacional, con los ojos puestos en el título y quizás en llegar a ser profesional en los próximos meses, la púgil posadeña se refleja en aquellos ídolos que vio por televisión y que la llevaron al ring. “Siempre me gustó Mike Tyson, su estilo, porque se mueve, pega fuerte, y yo trato de hacer lo mismo. Y entre las chicas, la ‘Tigresa’ Acuña es mi referente, por su estilo. La admiro porque empezó de abajo y llegó lejos. Sueño lo que alguna vez soñó ella, ser una campeona y demostrar lo mejor de mí, que se puede lograr más allá de todo”.
¿Qué es el boxeo? “Para mí, es una pasión”, cierra Fátima, quien aprendió mucho más que deporte en el gimnasio y arriba del ring. Después de todo, con los guantes aprendió a que la mayor gloria no es nunca caer, si no siempre saber levantarse. Y seguir.