Uno de los clubes más jóvenes de la Unión de Rugby de Misiones (URuMi), Mamangá de Montecarlo, acaba de dar un gran paso con su clasificación para disputar el Torneo Regional C del Nordeste en la temporada 2020.
Para conocer cómo lo vivieron y cómo se van a preparar para el desafío que tendrán el año que viene, Line-Out dialogó con Pablo Báez, uno de los centros y gran referente del equipo “aurinegro”.
Me imagino la gran satisfacción que debe sentir todo el club por el hecho de ascender a un torneo Regional, con lo que eso significa..
Sin dudas fue una alegría inmensa para todo el equipo y para el club en general. No tuvimos mucho tiempo para festejar porque ni bien terminó el partido había que subir a los autos y volver. En esta oportunidad viajamos en vehículos particulares porque eramos una delegación de cerca de 30 personas y es difícil conseguir colectivos para esa cantidad, así que en esta oportunidad no pudimos festejar tanto. Si hubo mucha alegría cuando finalizó el partido, una gran euforia de todos los chicos, que se emocionaron mucho. La verdad que le pusieron mucha garra, mucho esfuerzo y todo eso fue muy bien compensado, por lo que hay una gran alegría en todo el club.
Lograron formar un buen plantel, con la vuelta de algunos jugadores. Se formó un equipo sólido y este resultado refleja lo bueno que vienen haciendo..
Desde que nos afiliamos a la Unión de Rugby de Misiones veníamos disputando el torneo Desarrollo con equipos del interior. Hace cuatro años salimos campeones del torneo Desarrollo, me acuerdo que le ganamos la final a Santo Tomé en cancha de Lomas. A partir de ahí, jugamos los torneos de competencia con los equipos de Posadas y eso fue muy positivo para nosotros. Desde que ascendimos a la categoría más competitiva comenzamos a fortalecer el grupo, a mantener a los que estaban y a sumar gente. Este año se dieron algunos regresos, como el de Gonzalo Niello que estaba jugando en CAPRI y salió campeón. También el caso de nuestro hooker, que formó parte de Tacurú, yo también volví desde Posadas, donde estaba estudiando. Así que se logró formar un grupo interesante, con muchos chicos nuevos y juveniles que han subido a la primera. Muy contento porque todos los que estamos en primera, comenzamos a jugar al rugby acá en Montecarlo y en Mamangá.
¿Para la mayoría será la primera experiencia en un torneo Regional?
Sí, somos pocos los del plantel que tuvimos la oportunidad de jugar un torneo Regional. (NdelaR: Pablo lo hizo con Centro de Cazadores, Ariel el hooker con Tacurú y Gonzalo con CAPRI). Para la gran mayoría va a ser una experiencia nueva. Este viaje a Corrientes fue una experiencia muy linda, muy emotiva. Si bien hicimos ya varios viajes, no habíamos tenido antes la experiencia de quedarnos a dormir todos juntos y concentrar para el partido. Eso fomenta mucho la unión del grupo, lo fortalece mucho. Pero también sabemos que implica una responsabilidad distinta, porque el torneo Regional tiene una exigencia superior a la que venimos trabajando, así que tenemos que afrontarlo como un gran compromiso, un desafío mayor. Por eso, desde ahora ya estamos todos trabajando para eso y también con la cabeza puesta en el torneo Súper 8 que se va a jugar acá en la URuMi.
El Regional tiene una gran exigencia física, ¿Cómo se preparan para eso?
Sin dudas que la exigencia física es mayor y vamos a necesitar una preparación más intensa. Con respecto a eso, es muy importante el trabajo que está haciendo Gonzalo Niello. El se recibió de profesor de educación física y abrió un gimnasio en Montecarlo al que está yendo todo el club, desde juveniles y femenino, hasta primera, todos van a entrenar allí con él, donde le hacen un seguimiento a cada uno y la verdad que están haciendo un muy buen trabajo. Personalmente, no puedo estar con ellos porque vivo en Eldorado y vengo al gimnasio acá. Pero todos los martes y jueves voy a entrenar con el equipo a Montecarlo.
Otro lindo desafío será jugar el “clásico” del Alto Paraná con Carayá en el Regional
Sí sin dudas. La gente de Carayá, jugadores, dirigentes y entrenadores me llamaron para felicitarnos y agradecernos también, porque a la hora de jugar un Regional los viajes juegan su parte. El hecho de recorrer varios kilómetros te agota, ta fatiga físicamente y poder jugar un partido por el Regional a 25 kilómetros es una facilidad para los dos clubes. La verdad que no pone muy contentos que nos tomen como un clásico del norte. Nosotros somos un club incipiente y siempre no tenemos nada que perder porque somos los más nuevos. Pero ya es momento de dejar atrás esa etiqueta y salir a jugar mano a mano todos los partidos. Los de Carayá estaban contentos porque es un viaje menos, con todo el tema de gastos y desgaste que implica viajar más de 700 kilómetros. Así que poder disputar los partidos acá con ellos va a ser interesante y un lindo desafío.
Son un equipo relativamente joven. Seguramente, jugar este torneo que tiene un mayor roce le ayudará a desarrollar su juego a muchos de los integrantes del plantel..
Tenemos un equipo con un promedio de edad de 25 años. Hay un grupo de más de 15 jugadores que tiene entre 19 y 25 años y después otro en el que estamos los que tenemos entre 28 y 32 años.
Entre los más grandes, que iniciaron el rugby en el club, ya están quedando cinco o seis jugadores. Así, más o menos, está armando el plantel, pero la mayoría no supera los 25 o 26 años, por lo que es relativamente joven. Algunos hemos tenido experiencia en otros clubes, pero la mayoría jugó siempre en Mamangá.
Sin dudas que el Regional le servirá de experiencia a muchos, para tener un mayor roce y mejorar en todos los aspectos.
¿Cómo es el trabajo en el Mamangá Rugby, qué días entrenan, quiénes están a cargo y cómo es la estructura del club?
Bueno, nuestro actual presidente y primer entrenador, que comenzó a fomentar el rugby acá en Montecarlo fue y sigue siendo Carlos Carchano, que vino de San Juan donde jugaba en un equipo de allá. El comenzó a desarrollar el rugby en el club y uno de los primeros jugadores fue Héctor Chamorro, que hoy tiene 38 años y es el entrenador de la primera división. El año pasado tuvo una lesión, ahora no está pudiendo jugar y es el entrenador en este momento. Junto a él está Darío Bordón, que jugó en el club, anduvo un tiempo por Leones de Encarnación, vivió en Neuquén y en todos lados estuvo ligado al rugby como jugador, entrenador y árbitro. Ellos conformar la dupla técnica que dirige al plantel de primera división. El resto, lo que es la estructura de entrenadores, somos los mismos jugadores de la primera los que entrenamos a las demás divisiones. Yo soy coordinador de rugby infantil del club, nuestro octavo, que está estudiando Educación Física en Eldorado, es entrenador de juveniles, nuestro hooker entrena al plantel femenino y uno de los alas es entrenador de juveniles también. Esto es así, todo a pulmón, cada uno aporta lo suyo desde donde le toca, con mucho empuje y muchas ganas.