Mientras estaban de turno se ganaban la confianza de la gente. Escuchaban mucho, cada detalle, toda frase, por más insignificante que pareciera cualquier dato servía para ellos y sellaba el destino de pérdida material para otros: “Nos vamos al cumple”, “Salimos de viaje”, “Adoro mi colección de monedas”, “Vendí un terreno, un auto, gané la quiniela…”.
Para ellos ningún comentario estaba de más. Todo sumaba, sobre todo para seguir incrementando sus botines.
Aunque parezca mentira no es la descripción de ladrones comunes, de esos que como dice el dicho “aprovechan la ocasión”. Se trataba de “amigos de lo ajeno” vestidos de uniforme, de pulcra vestimenta azul de la Policía de Misiones.
Sus mismos camaradas los detuvieron el pasado lunes 10 de junio, a él, un oficial ayudante de 28 años, en la comisaría de Los Helechos, donde prestaba servicios, y a ella, una cabo de 27, en la Cámara de Apelaciones de Oberá, donde cumplía funciones como custodia, tal y como publicó este Diario. Una pareja de policías a la que tal vez no sólo los unía el amor, también el delito.
Ayer fueron por primera vez ante la Justicia y se abstuvieron de declarar, no obstante a criterio de los investigadores existen un cúmulo de evidencias en su contra, por lo que quedaron imputados y seguirán tras las rejas.
Deben responder por al menos siete causas de robos y hurtos. Y mientras esto sucede se siguen sumando denuncias, casi una por día contra los efectivos que desde hace meses asolan a sus vecinos, camaradas de fuerza, conocidos y amigos, dejando un tendal de damnificados.
Las imputaciones
Con la llegada de los dos primeros sumarios policiales ayer a la mañana, el juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Alarcón, imputó a los dos efectivos por el primer hecho por el cual fueron sospechados y que derivó en su detención: la sustracción de los 50 mil pesos a una vecina del barrio Villa Londín, el sábado 8 de junio pasado.
Por esa causa quedaron imputados por “robo calificado por su condición de policías”. En la segunda acusación que llegó a manos del magistrado Alarcón, el robo de la cartera a la jefa de la Comisaría de la Mujer de Oberá (ocurrido en la dependencia), solamente quedó imputada la mujer por “hurto calificado por su condición de policía”.
Las “visitas” al juzgado de Alarcón aún no finalizaron, deben regresar, seguramente durante la semana, para ser indagados por otros dos hechos relacionados a robos domiciliarios y que tienen un denominador común: la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Familia obereña donde la mujer policía era custodia.
Casualmente el primer caso ocurrió en perjuicio de un empleado judicial que trabaja en ese lugar, a quien le desvalijaron su casa, y en el segundo episodio la damnificada es la dueña del edificio donde funciona dicho organismo, que le confió las llaves de acceso y justamente le sustrajeron herramientas, indicaron las fuentes.
Hay otros tres hechos por el cual la pareja está sospechada, pero posiblemente no se unifiquen en un solo juzgado y se sustancien en el Instrucción 1, a cargo de la magistrada Elva Kunzmann de Gauchat, por las fechas en que sucedieron.
Pistolas, fiestas y monedas
Otro de los delitos por el cual está sindicada la pareja de policías es por el robo de dos pistolas a dos camaradas de fuerza que prestan servicios en la comisaría Tercera de Oberá.
La sustracción fue a finales de mayo en la vivienda de los damnificados en Villa Lindstrom, de madrugada y mientras estaban en una celebración por el Día de la Policía.
Si bien las armas de fuego, pistolas reglamentarias 9 milímetros, nunca aparecieron, sí hubo objetos robados en ese mismo domicilio que aparecieron en los allanamientos en las dos viviendas donde residían los sospechosos.
Una sexta causa surgió cuando una familia de Panambí denunció a principios de año el robo de 250 mil pesos y una suma no precisada en dólares mientras también estaban en una fiesta. El dato no menor es que las víctimas sospechan de la pareja porque les habrían contado a ellos que iban a un cumpleaños debido a que tendrían cierta amistad con los sospechosos.
La séptima causa que está judicializada contra la pareja es la sustracción de una colección de monedas extranjeras, cuya caja similar a donde estaban guardadas fue hallada en uno de los allanamientos. Las nuevas causas que se les podrían sumar, según fuentes de la investigación, están relacionadas con hurtos menores en cajas registradoras de lugares que custodiaban.
En ese sentido se informó que recién se analizan filmaciones aportadas por damnificados. Por último y como dato llamativo, se investigan los supuestos y frecuentes viajes a Brasil que hacía la pareja para, según decían, comprar ropa y venderla en Oberá. No descartan que en el vecino país podrían haber reducido parte de lo que sustraían.
Ser “acumuladores” les jugó en contra
En los allanamientos ordenados por el Juzgado de Instrucción 2, a cargo del magistrado Horacio Alarcón, tanto en la vivienda de servicio de la comisaría de Panambí donde residían (en virtud de que la pareja sospechosa es oriunda de ese pueblo), como en la casa que estaban construyendo al lado de la seccional, se hallaron numerosas evidencias. “Ser acumuladores les jugó en contra”, revelaron voceros del caso.
“Guardaban todo, por más que sea un envoltori0 o caja, fueron piezas del rompecabezas que fuimos uniendo”, agregó la fuente.
En dichos domicilios por ejemplo, se encontraron objetos que los comprometen en el robo a la jefa de la Comisaría de la Mujer de Oberá, la caja de monedas sustraída en esa misma localidad, una mochila y dos cámaras fotográficas sustraídas a una empleada judicial. También elementos que le robaron a los denunciantes por la sustracción de las dos pistolas.