Emanuel Báez tenía sólo siete años cuando pisó por primera vez una cancha de vóley en su Cerro Azul natal. Diez años después, armó las valijas y desembarcó en el Club Atlético y Social Bella Vista donde es número puesto en la Sub-19 y Sub-21 del club y además suma varios minutos en Primera.
A seis meses de su llegada dice sentirse “muy cómodo” y apuesta a una vida dentro de una cancha de vóley. “Mi objetivo es poder ascender con el club”, dijo en una charla con EL DEPORTIVO. De Cerro Azul a Bella Vista, sin escalas.
Antes de transformarse en un jugador de vóley de una de las ligas más importantes del país, como los es la Metropolitana, Emanuel daba muestras de su talento en las canchas de vóley de Cerro Azul, su ciudad natal.
Allí llegó con apenas siete años, de la mano de su profe de educación física del colegio. Fue el docente quien hizo publi acerca de la escuelita de minivoley que abría y Emanuel se sumó. Así comenzó la relación con la pelota y la red, en la Escuela de Minivoley llamada “Roberto ‘Pichy’ Monzón Ramírez”. Allí dio sus primeros pasos.
Mientras crecía en las canchas de vóley, sin saber, se preparaba para lo que venía. Porque al destino no hay con qué darle. Otro joven misionero, Nicolás Soria, ya era jugador de Bella Vista cuando las categorías Sub-15, 17, 19 y 21 descendieron a la B y el equipo de Primera dejó su lugar en la División de Honor para pasar a Primera (en el Metropolitano está Primera y la División de Honor, como categoría superior).
En ese entonces, el entrenador se puso a buscar jugadores del interior del país para reforzar el equipo con el objetivo de volver a las primeras ligas y Nico se acordó de Emanuel. “Él le habló de mí y el entrenador le dijo que me vaya para Buenos Aires, que no hacía falta probar”, contó Ema a EL DEPORTIVO.
Emanuel justo había terminado la escuela secundaria, consultó con la familia, armó las valijas y se fue para Baires el febrero pasado. “Tuve la posibilidad de venir y me vine. Mi familia me dijo que les parecía bien y que me iba a apoyar siempre”, recordó. Mamá, papá y sus hermanas mayores le brindaron el apoyo que necesitaba para esta nueva etapa y así comenzó todo.
A tres semanas de llegado arrancó el campeonato. Emanuel, como punta receptor, se ganó un lugar entre los titulares en los Sub-17 y Sub-21 y su talento lo llevó a entrenar con la Primera donde no es titular, pero tiene varios minutos en su haber.
Con la Primera están terceros en el campeonato y ahora comienza la segunda parte del torneo, donde juegan todos contra todos y el primero, sube. “El objetivo es ascender”, afirmó Emanuel. En la Sub-19 terminaron primeros en su grupo y llegaron a la final, que perdieron con Lanús. En el Sub-21 finalizaron segundos la etapa regular, tuvieron una buena performance en los playoffs pero perdieron las semis con Galicia.
Ema vive en las instalaciones del club, en el que aseguró que se siente “muy cómodo” ya que “son muy buenas personas, te tratan re bien. Es como una familia, son todos padres que ayudan y están siempre pendientes”. Aún así, extraña un poco su Cerro Azul. “Es otra vida acá (por Baires), más acelerada”, dijo.
Además, el joven de 18 años se prepara para formarse como profe de educación física. Se inscribió para iniciar la carrera este segundo cuatrimestre en la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) porque en febrero pasado, cuando llegó, las inscripciones ya estaban cerradas.
Este 18 de junio comienza el cursillo de ingreso. La idea de Emanuel es vivir del vóley y tiene con qué. Este partido recién comienza.