La llegada del otoño, que no es la más beneficiosa para determinados cultivos, sí se presenta como una gran oportunidad para otras actividades, como determinar la autoproducción de unas semillas, con el foco apuntando a una próxima temporada.
En relación a esto desde el INTA Avellaneda (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), el técnico René Castro aseguró que “una vez concluida la cosecha en la huerta, se deben recolectar las semillas de los frutos de los cultivos, luego, dejarlos secar y conservar para que no pierdan su poder germinativo”.
Asimismo, destacó la importancia de “realizar la autoproducción de semillas siempre desde el kit del Programa Prohuerta” y subrayó la necesidad de realizarlo “de una especie por familia en cada temporada”.
Para ello, aconsejó que aquellas que tengan forma de vaina (como las arvejas, chauchas o porotos) deben dejarse secar las vainas y semillas dentro de los frutos, mientras que en el caso de los tomates es aconsejable, primero, separarlas para dejarlas secar en papel absorbente.
En cuanto a las lechugas y radichetas se deben cortar las flores cuando el tallo comience a ponerse amarillo, colgarlas boca abajo para que terminen de secarse y frotarlas dentro de una bolsa para que las semillas se desprendan de la flor.
A su vez, desde INTA remarcaron que es necesario tener un lugar exclusivo para la producción de semillas.
“Es indispensable que el secado sea a la sombra sobre papel para, luego, ponerlas dentro de un frasco de buen cierre, y guardarlas en lugares secos y oscuros”, indicó Castro quien además puntualizó que “deben permanecer entre los 5 y 25° grados de temperatura ambiente con una humedad menor al 12 % y nunca colocarlas dentro de bolsas plásticas de polietileno”.
Para obtener mejores semillas, Castro comentó la importancia de que en la siembra, no se mezclen plantas que pertenecen a la misma familia para evitar cruzamientos, como así también poner mayor atención en la distancia de siembra para semillas entre dos plantas, dado que debe ser mayor porque el tamaño final será el doble o triple.
Al mismo tiempo, el experto aseguró que en este proceso el factor temperatura es clave, ya que las plantas la requieren para producir.
“Es fundamental respetar las estaciones del año y el momento de siembra de cada especie, como así también la fertilidad del suelo que se correlaciona con el crecimiento del fruto y de la semilla”, indicó.
Por último subrayó: “Una nutrición adecuada incrementa la cantidad de producción de fruto y su tamaño, lo mismo ocurre con las semillas, y para esto es necesaria la rotación y la incorporación de abonos”.