El viento y el frío no amilanaron a los pequeños pescadores que llegaron hasta el Club de Pesca y Náutica Pira Pytá y disfrutaron de dos horas de intensa pesca. A diferencia de ediciones anteriores, esta vez hubo muy buen pique, principalmente de sardinas, y eso quedó reflejado en los puntajes al final de la competencia.
Esta vez fueron 21 los minipescadores que se sumaron a la propuesta de la Subcomisión de Pesca. Lo positivo, es que lentamente se suman chicos que no pertenecen a la institución pero demostraron que tienen los conocimientos y habilidades para competir en igualdad de condiciones con los hijos y nietos de pescadores federados.
Como es habitual en este tipo de competencias, fueron los padres, amigos, abuelos y tíos los encargados de asistir a los chicos ya sea al momento de encarnar las lombrices, el lanzamiento o bien en el traslado hasta la mesa de fiscalización de algunos ejemplares que tienen chuzas.
En el agua del río Paraná, esta vez las sardinas desplazaron a los boca amarga y se convirtieron en las protagonistas. Y una boga fue la pieza mayor de un torneo que también mostró la honestidad de algunos participantes, que recurrieron a los fiscales para entregar sus tarjetas porque no resistieron la invitación para ir a jugar.
Las dos horas de pesca finalizaron con un suculento chocolate y facturas mientras los fiscales sumaban los puntajes y determinaban las posiciones en que quedaron los pescadores de las dos categorías: Piki-í y Mojarritas.