Una ciudad en mitad de la selva. Esa es la sensación que a uno le da cuando divisa Manaos, capital del estado de Amazonas y principal eje económico del norte de Brasil, desde el avión. Esta gran urbe es una de las principales vías de acceso a la mayor selva tropical del planeta siendo el punto de cruce del río Negro y el río Amazonas, también llamado Solimoes antes de llegar a este punto.
Todo en esta ciudad se mueve en base a estos dos ríos, sobre todo comercio, transporte y actividades turísticas. Su privilegiada situación geográfica, hace que la ciudad esté conectada por vía fluvial con el delta del río en el Atlántico y con los países vecinos Perú y Colombia. La mejor forma para llegar es a través del avión, ya que por carretera tan sólo está conectada con Porto Velho en el estado de Rondonia o a través de un largo periplo hasta Venezuela atravesando el estado de Roraima.
Manaos conoció un pasado mejor a finales del siglo XIX con la denominada “fiebre del caucho” convirtiéndose en la primera potencia económica de Brasil, por delante de Rio de Janeiro y Sao Paulo. Los magnates europeos esclavizaron a gran parte de los indígenas de la Amazonia para trabajar el látex extraído de los árboles, que posteriormente se transformaba en caucho. Esto dio lugar a una transformación de la ciudad con la construcción de palacetes coloniales y el famoso Teatro Amazonas, siendo la primera del país en tener alumbrado y alcantarillado.
Entre los puntos destacados para ver en esta ciudad, antes de salir a perderse en el Amazonas, es el puerto, el que es una atracción sólo con ver el vaivén de gente, barcos de todos los tamaños y todos los comercios de alrededor que viven en torno a él. Se trata de un puerto flotante, adaptado a las crecidas del río Negro. De allí salen todos los cruceros por el Amazonas que en varios días conectan cualquier población del río.
Al este de la ciudad río abajo, se sitúa el punto de confluencia del río Negro, proveniente de Colombia, y el río Solimoes proveniente de Perú. Es aquí donde se conforma el Amazonas, pero las aguas de sus dos predecesores no se mezclan así como así y permanecen como agua y aceite diferenciándose la una de la otra. Por diversos motivos como las distintas partículas, densidad y temperatura, las aguas oscuras del Negro y las marrones del Solimoes no se juntan durante 12 kilómetros dando lugar a una imagen muy curiosa. Un viaje al corazón del Amazonas, sólo para verdaderos amantes de la aventura.
Teatro de la Ópera
El gran Teatro de la Ópera de Manaos comenzó a construirse en 1883 y se terminó 18 años más tarde. Gran parte de los materiales, incluidos mármoles, pinturas, lámparas y mobiliario se trajeron en barco desde Europa. El interior nada tiene que envidiar a cualquier gran teatro europeo.
Río Juma
Pasar unos días en un “lodge” en alguna de las reservas de los alrededores de Manaos es la mejor manera de conocer de cerca el Amazonas . Hay decenas de opciones. A menudo, los alojamientos están construidos sobre el río o en la misma orilla, son ecológicas y tiene todo tipo de actividades para no aburrirse ni un segundo.