De ragos delicados y una voz encantadora. Corina nació en Eldorado, en el seno de una familia de inmigrantes japoneses e ingleses.
De niña, en su casa sonaba la radio y ella bailaba al ritmo de los sueños: ser cantante.
“El canto siempre estuvo presente en mi vida. Como expresión natural, como emoción, como un don. ¡Como en todas las personas! Luego vino la parte de construir una carrera profesional alrededor de ese llamado”, y esa es otra historia.
Me inspira la vida, sus miles de opuestos y contradicciones. La idea de un orden cósmico que rige bajo la apariencia del caos. Entre ambos estamos nosotros, con un inmenso potencial alquímico para transformar y transformarnos.
La parte pública de su carrera comenzó en Buenos Aires, en 2001, con su primera banda.
Luego se mudó a México, “lo hice por un amor”. Corría el 2005 y Corina se acababa de recibir de Licenciada en Relaciones Públicas e Institucionales.
No tenía un plan. Simplemente “terminé un ciclo que era la Universidad y empezaba otro: el hacerme cargo de la vida”. Eso sí, siempre cantando “en bandas de rock, pop, electro y cumbia. Siempre como vocalista, no como compositora”.
En el 2008 conoció al compositor canadiense Pascal Languirand, del grupo Trans-X, creador de “Livin On Video” e ícono del movimiento Hi-Nrg de los ’80. Con la banda viajó por Europa, Oceanía y Sudamérica.
“Cantar me dio un camino para volver a mí y en consecuencia, reflejos y manifestaciones que concuerdan con esa resonancia interior: vínculos más genuinos, respuestas más inclusivas,intenciones más claras”.
En medio de giras, grabaciones y conciertos, la cantante decidió mudarse a las montañas y conectarse con la Madre Tierra.
De repente sintió que tenía una doble vida: “una conectada con la naturaleza, estudiando medicina mexicana”.
Y la otra, en la ciudad: vestía ropa de cuero, peluca y cantaba en inglés, música electrónica. “Por un momento fue divertido pero luego la energía era muy dispersa y terminó en agotamiento. Fue parte de una crisis identitaria, de ver qué quiero y dónde enfocar”.
Después de cinco años, se despidió de la banda y regresó a la Argentina.
En el país, Corina lograría su primer disco solista: ‘Apurar La Primavera (ALP)’.
“Ahora sí como cantante y compositora. Por eso le tengo tanto cariño: Apurar La Primavera es un cristal. Es la condensación física de un proceso no físico, es un trofeo, un símbolo que reza: ‘hasta aquí fui; desde aquí, seré’. Se puede decir que con este disco comenzó mi carrera profesional. Y es un talismán que sigue abriendo puertas, acortando distancias, conectando personas”.
Con su proyecto en mano, Corina regresó a México. Hoy la compositora, productora, buscadora y arengadora misionera elige cantar sobre la vida y a la Madre Tierra, a las mujeres y el corazón.
Cuenta que es un buen momento para gestar un nuevo disco “para imaginar qué sonidos quiero trabajar, qué equipo quiero armar y cómo quiero moldear el nuevo show en vivo. También tengo mucho material para sacar a la luz este año. Colaboraciones con distintos productores, un EP de remixes de Los Animales, y un álbum que grabé con Pacha Beat (la banda que tuve con Tito Losavio). Así que estaré sacando canciones y videos a lo largo de todo este año”.
El sueño de Corina es consolidar sus proyectos a nivel internacional. A nivel personal, “quiero seguir ahondando en el espacio interior: refinar las formas de mi propio deseo, afinar el oído de la intuición, limpiar los espacios, adentro y afuera, para habitarlo con pleno sentido”.
Los caminos de Corina
Ha dado conciertos y shows en cientos de fiestas, festivales y clubes de varias ciudades de México y el mundo. Ha tocado en festivales como el Guadalupe Valley Fest, el Festival Vibra Cholula, la Fete de la Musique y el Festival Itinerante de Guadalajara.
Durante cinco años fue parte de Trans-X, proyecto de música electrónica.
Su disco Apurar La Primavera, contó con la participación de Miss Bolivia y Paloma del Cerro.
Por
Susana Breska Sisterna
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Fotografías gentileza: Fernanda Belmont Photography /// Hector Xavier Amézquita ///Jessica Rangel A /// Ivan Cazenave /// Ph Fango