“Por miedo a Dios y para que mis hijos no vieran lo que hice”, Lotario Pablo Puzin (54) confesó ayer ante el juez de Instrucción de Puerto Rico, Roberto Sena, que asesinó a su esposa Fidencia Estela Arapayú de 49 años porque se sentía “celoso y sospechaba” que ella había iniciado una relación sentimental paralela y que ello derivaría en que lo abandonara.
“Con un martillo y en la cama”, durante la madrugada del martes 7 de mayo, una semana antes que el cadáver fuera hallado dentro de un pozo de tres metros de profundidad reconoció que cometió el crimen el imputado provisoriamente por “homicidio doblemente calificado, por alevosía y por el vínculo”.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN recalcaron que durante la tarde de este viernes, Puzin de oficio agricultor, changarín y mecánico, se quebró en llanto y aceptó responder todos los interrogantes del juez y sus secretarios. Bajo el padrinazgo legal de un defensor oficial, brindó durante casi dos horas detalles de todo lo que recordaba, horas previas al crimen, como también sus acciones posteriores para intentar encubrirlo, entre ellas acompañar a los policías de Colonia Oasis y Jardín América en la búsqueda con vida y rastrillaje de Fidencia.
“El lunes a la tarde la fui a buscar a Jardín América por varios lugares pero no la encontré”, manifestó Puzin, como parte de su recorrido presuntamente ya furioso porque lo que su esposa le aseguró era ir al médico porque tenía que terminar los estudios clínicos para operarse de la vesícula, él sospechaba era una excusa para encontrarse con otro hombre. Vale remarcar que no hay evidencia alguna de una relación paralela.
Puzin también manifestó en sede judicial que cuando la volvió a ver el lunes ya cerca de la noche, intentó quitarle el celular porque creía que se “mensajeaba con su amante”, pero que a esta intención Arapayú se opuso y no lo dejó revisar el teléfono móvil.
El imputado también resaltó que, parte de su pérdida de memoria del ataque puntualmente es porque está bajo tratamiento psiquiátrico, con medicación que comprende ansiolíticos, antidepresivos y calmantes como el Clonazepam.
Remarcó que padece “trastorno de bipolaridad” y que estaba “furioso” cuando la atacó mientras dormía en plena madrugada del martes, pero que no recuerda “cuántos martillazos” le asestó.
“Ella estaba en la cama y la golpeé”, y que después cavó el hoyo paralelo al pozo de agua tapado por una losa de cemento, e introdujo el cadáver.
“Mi hijo no tiene nada que ver, lo hice solo”, remarcó ante a los funcionarios judiciales.
Tras el reconocimiento, el juez Sena solicitó estudios más complejos de salud mental para Puzin y a partir de la semana próxima iniciarán las testimoniales a los familiares directos de Fidencia, vecinos y demás allegados de Colonia Oasis.