Toda una vida recorrida en las canchas, con varios títulos a cuestas incluido el primer campeonato mundial de menores que se realizó en la historia, le permiten a Maximiliano Zárate ser una de las palabras autorizadas del pádel misionero. Y los desafíos no se acaban, pese a los 39 años sobre la espalda: la semana pasada, el misionero fue oficializado como capitán de la selección paraguaya de menores, que se prepara para el Mundial de España, en octubre.
Fue furor en la provincia a principios de la década del 90. Luego decayó varios años, pero sobrevivió al ostracismo. El pádel revivió en la tierra colorada más allá de todo y hoy quiere instalarse en la agenda deportiva. Sobre esas y otras tantas cuestiones habló con EL DEPORTIVO uno de los seis jugadores de Primera que tiene la provincia, quien aseguró que en la provincia hay material humano y pregonó por la creación de una federación que nuclee a los atletas. A jugar.
Maxi, antes que nada contanos de tu designación en la Selección Paraguaya de menores…
Bien, la semana pasada se oficializó mi nombramiento como capitán de la Selección Paraguaya de menores, con la que vamos a prepararnos para el Mundial de la categoría, que se va a jugar en octubre próximo, en España. La verdad es que tuve la suerte de que los hermanos paraguayos confiaron en mí para llevar adelante este proyecto.
¿Ya empezaste a trabajar?
Estamos empezando poco a poco. Conozco a varios de los chicos que conforman el equipo porque los entrené desde que eran chiquitos, principalmente a los que viven en Encarnación, que son varios. Y bueno, todo se logró gracias al apoyo de ellos, de los padres y de la propia Federación Paraguaya. Vamos a intentar llegar al Mundial de la mejor manera posible.
Tenés una experiencia mundialista que es inolvidable…
Sí, tuve la suerte de jugar el primer Mundial de Menores que se hizo, en La Plata, en junio de 2000. En ese certamen tuve como dupla a Dardo Romero, quien después fue jugador y capitán de Crucero del Norte en la B Nacional. Fuimos la única pareja del interior convocada para la Selección Argentina. Logramos consagrarnos campeones con el equipo nacional y también terminamos terceros en el Open que se juega paralelamente al Mundial, detrás de dos parejas también argentinas. Fue una experiencia inolvidable.
Todos recuerdan el furor del pádel, allá por los 90… después hubo una recaída y ahora ¿se viene el resurgimiento?
El furor del pádel en Posadas fue a fines de los 80 y principios de los 90. Después, lamentablemente, hubo una etapa en la que cayó muchísimo, pero hace algunos años nuevamente comenzó a levantar. Sucede que se empezó a trabajar de otra manera. Por ejemplo, el cambio de superficie influyó mucho, hoy ya no se juega en piso, si no en alfombra. Y la mayoría de las canchas de la ciudad hoy son cien por cien blindex lo que era pared, algo que tiene que ver con la difusión, con lo atractivo del juego. Todas esas cosas lentamente fueron atrayendo de nuevo a la gente. Eso y la posibilidad de organizar torneos sin saturar a los jugadores. Yo siempre mantuve la postura de que no sirve tener torneos todos los fines de semana, porque llega un momento que uno se satura, se cansa, y larga todo.
¿Qué le falta a la provincia para despegar a nivel nacional?
Lo que nos está faltando como provincia es poder conformar una federación, para poder así tener un circuito provincial y que así se logre llegar a los torneos nacionales, no solo en Primera, si no en todas las categorías. Hoy por hoy, solo los jugadores de Primera salen a competir, mediante el esfuerzo propio. Hay material, tenemos ahora, para dar un ejemplo, una pareja de chicos en Menores que está andando muy bien, Leo Augsburger de Posadas y Facundo López de Comandante Andresito. El último fin de semana se consagraron campeones en el Selectivo de Menores Sub-16 que se jugó en San Luis.
Es decir que hay materia prima…
Sí sí, hay materia prima. Lo que nos falta es consolidar una organización que nos permita apuntar más allá de los límites de la provincia. Es cuestión de juntarse entre todos, dejar algunas cosas de lado y trabajar por el deporte. Todo esto es ad honorem, así que hay que tener un grupo que tenga ganas de dedicarle tiempo al pádel para evitar que vuelva a caer, como ya pasó.
Algo de eso sucede, por ejemplo, con el Circuito Posadeño….
Sí, hace un año y medio aproximadamente se juntó un grupo de clubes de Posadas y armó ese circuito (N.deR: Galpón Padel, Mangá Padel Indoor, World Padel Club y Complejo Frana). Después, debido a que participan unas 140 parejas por torneo, se alquilan otras canchas más. Ese circuito tiene un calendario anual con una fecha por mes. Este año se sistematizó todo, los jugadores se pueden inscribir por Internet y hasta puede revisar allí los horarios y dónde juegan.
Justamente, este finde es la tercera fecha de ese circuito…
Sí, y como condimento, se agregó la categoría Primera, que no estuvo en las dos primeras fechas. En la provincia lamentablemente somos pocos los jugadores de Primera que estamos categorizados a nivel nacional, lo que implica que tenemos prohibido jugar, por ejemplo, en Segunda. Y entonces hacer un torneo de Primera tiene un costo, porque tenés que traer jugadores de afuera, con el gasto que eso conlleva. Para el público es atrayente, pero organizarlo no es fácil.
¿Cuántos jugadores de Primera hay en Misiones?
En Posadas somos 4 categorizados y, en total, somos 6 en Misiones. A los de la capital, se nos suma uno en Eldorado y otro en Puerto Iguazú.
¿Es difícil llegar a Primera?
Como en cualquier deporte, es sacrificio y esfuerzo, mucho entrenamiento, dejar de lado muchas cosas. Muchos creen que la vida del deportista es fácil, pero tiene mucho sacrificio para con la familia por las ausencias, los entrenamientos, los gastos. El padel es amateur y es muy difícil poder vivir siendo jugador.
¿Renace el pádel en Misiones?
Está pisando muy fuerte en Misiones y, en general, en todo el país. Acá en la ciudad hay muchos complejos nuevos y se están abriendo otros, todos con instalaciones óptimas. Algo está claro. El pádel vino para quedarse.