Un hombre de 84 años fue asaltado al menos por tres individuos quienes lo maniataron para desvalijarle su vivienda ubicada sobre la avenida Humberto Pérez.
Los delincuentes se llevaron electrodomésticos que cargaron en la camioneta de la víctima. Horas después el vehículo fue encontrado por la Policía.
Volodia Sidoruk, “Vladimiro”, había dejado la puerta abierta para que corriera aire, debido a que tiene problemas respiratorios. Dormía en su habitación, cuando se despertó súbitamente al sentir dos rodillas apoyadas en su espalda.
Uno de los ladrones lo amenazó de muerte y le apretó el cuello con la intención de asfixiarlo. Le pedía dinero a lo que la víctima le respondió que era jubilado y que no tenía plata.
El hombre fue reducido y le colocaron una frazada en la cabeza para que no viera nada. Antes, alcanzó a ver que eran tres y tenían los rostros cubiertos.
Según indicó Vladimiro, los delincuentes estuvieron por lo menos por espacio de dos horas en el lugar.
Se tomaron el tiempo para revolver todo en busca de efectivo. Como no hallaron nada, se apoderaron de los únicos objetos de valor que había, electrodomésticos y herramientas.
Dos de los malandras se encargaron de juntar las cosas mientras uno hacía de campana. Los objetos más pequeños lo pudieron cargar en la combi Hyunday con asientos propiedad del abuelo, pero lo más grande no cabía. Lo curioso es que aparecieron con una camioneta más grande para cargar lo que faltaba.
Ya varias horas después del asalto y recompuesto del susto, PRIMERA EDICIÓN recorrió la casa con la víctima, quien mostró los lugares en los que estaban las cosas que se habían llevado. “Una cocina, una heladera que estaba embalada, un motocompresor y una tele”, indicó. Por último, el hombre señaló “la cama del suplicio” en la que lo tuvieron retenido.
Comentó que durante un año había ahorrado dinero para comprarse lo que le robaron. Valoró que no lo hayan golpeado. “Gracias a Dios estoy hablando con ustedes”, destacó.
La única marca que le quedó a Vladimiro fue un golpe en el brazo, producto del forcejeo cuando uno de los delincuentes no le podía sacar un reloj de pulsera, debido a que este tenía una traba especial.
Una vez que se aseguró que se habían ido, el hombre fue a pedir ayuda a una casilla de seguridad de la residencia del Gobernador, que está en las inmediaciones.
Tras enterarse la Policía del hecho, una rápida investigación permitió encontrar el vehículo Hyunday en el barrio A-4, aunque no así los objetos robados.
Más allá de ello, el hombre agradeció el accionar de los efectivos porque en poco tiempo hallaron su combi.