Pese a que el verano haya finalizado, las temperaturas bajas no deben detener a un huertero comprometido con su desafío de producir hortalizas sanas y frescas todo el año. Por el contrario, el otoño tiene sus bondades y resulta un buen momento para sembrar los cultivos de invierno, fortalecer el suelo y realizar algunas podas.
A continuación se describen cuáles son los cinco secretos para tener en cuenta en la huerta de otoño.
1. Sembrar las especies adecuadas
Conocer cuáles son las especies que prosperan en esta estación y durante el invierno es fundamental para lograr un buen cultivo. En este sentido, se recomienda continuar con la siembra de acelga, lechuga, achicoria, rabanito y zanahoria, hortalizas que, además de ser muy consumidas, permiten mantener una producción regular todo el año, ya que también se adaptan a la temporada primavera-verano.
No obstante, existen otros cultivos que, gustosos de las bajas temperaturas, son propios del período otoño-invierno como cebolla, puerro, coliflor, brócoli y repollo. Sucede lo mismo con la espinaca, escarola, remolacha, ajo, habas y arvejas.
En particular, las especies leguminosas –habas y arvejas, por ejemplo– se destacan por su aporte a los cultivos, en tanto fabrican algunos de los nutrientes que consumen y eso ayuda a reponer la fertilidad del suelo. Además de saber cuáles son las especies que crecen en esta época, es importante consultar el calendario a fin de identificar el mejor momento para iniciar los cultivos y la técnica de siembra apropiada en cada caso.
2. Utilizar coberturas
Cubrir canteros o almácigos con abono de cobertura (pasto seco o viruta de madera) favorece la retención de humedad al comienzo de la temporada, una condición indispensable para lograr una emergencia uniforme de los cultivos.
3. Producir semillas
Es conveniente dejar en la huerta algunas plantas de la temporada primavera-verano como zapallitos, zapallos y chauchas para que los frutos puedan formar buenas semillas y conservarlas para iniciar la próxima campaña.
4. Agregar abono al suelo
Además de continuar con el reciclaje de los desperdicios orgánicos, el otoño es un buen momento para fortalecer el suelo y recompensarlo con nutrientes por su trabajo durante la temporada estival. De este modo, una de las claves es separar el abono que ya se encuentra listo en la abonera y agregarlo a la tierra antes de realizar la siembra.
5. Realizar algunas podas
Otra de las bondades del otoño es que permite hacer algunas podas de los frutales, ya que las plantas pueden cicatrizar los cortes relativamente rápido. En invierno, si bien la planta “sufre” menos la poda, no cicatriza con tanta facilidad.