Thomas regresó a Posadas luego de obtener la prisión domiciliaria, tras pasar siete meses arrestado en Ezeiza en el marco de la causa de “los cuadernos de la corrupción K” que investiga el Juez Federal Claudio Bonadío.
Thomas no tiene custodia policial pero se encuentra monitoreado por la justicia mediante una tobillera electrónica con GPS.
El Servicio Penitenciario Federal lo trajo el viernes en colectivo, según averiguaciones de PRIMERA EDICIÓN. En el Gobierno provincial mantuvieron el operativo con el mayor hermetismo posible. Se alojó en el domicilio que tiene en un coqueto edificio en Villa Sarita. No fue a la mansión de Candelaria.
Oscar Alfredo Thomas accedió al beneficio de la prisión domiciliaria luego de varios intentos de su abogado, José Manuel Ubeira. Un perito de parte aseguró que tiene un estado de depresión profundo y que podría suicidarse, lo cual llevó a los integrantes de la Cámara Federal a acceder al pedido.
La medida se otorgó el pasado 30 de abril. “Se infiere que Thomás podría estar incurso en un estado psíquico extremadamente vulnerable, resultando razonable hasta tanto se lleven a cabo las pericias médicas aquí encomendadas conceder el beneficio peticionado para que en su domicilio reciba un adecuado y estricto tratamiento médico y contención de su núcleo familiar que paliar los síntomas señalados que lo colocan en una situación altamente riesgosa”, sostuvieron los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi.
Bonadio había ordenado el arresto de Thomas en las últimas horas del 31 de julio pasado cuando estalló mediáticamente la causa conocida como “cuadernos de la corrupción”. Sin embargo el ex funcionario se mantuvo prófugo y recién fue arrestado el 18 de septiembre en el barrio porteño de Recoleta por el Comando Unificado de Recaptura de Evadidos (CUFRE).
Desde entonces estaba detenido y se habían rechazado los pedidos de excarcelación que había presentado su defensa, a cargo de Juan Manuel Ubeira.
Una nueva presentación se produjo en los últimos días con un informe de un perito médico de parte que aseguró que Thomas presenta “una severa enfermedad psiquiátrica activa con síntomas persistentes y agravados”. Habló de “estado depresivo, pensamientos recurrentes de muerte, deseos patológicos de morir, pensamientos suicidas activos no específicos e ideación suicida activa”.
La Cámara Federal señaló que este estado de situación “si bien debe ser corroborado por el cuerpo médico forense amerita adoptar una decisión inmediata a los efectos de resguardar la integridad física de Thomas ya que conforme las sintomatologías descriptas por el profesional especialista la vida del imputado podría hallarse en riesgo”.
“Consideramos que resulta razonable e imprescindible llevar a cabo una nueva pericia más abarcativa y profunda sobre el actual estado de salud física y mental del imputado en atención a que se advierte que los peritos oficiales no contaban al momento de examen con todas las constancias necesarias que permitieran una evaluación global de la persona”, señalaron los jueces. El tribunal pidió expresamente un detalle sobre su condición psiquiátrica y su posible deterioro físico desde que ingresó a la cárcel.
Con esta decisión, sólo tres involucrados de la megacausa de los cuadernos están detenidos en la cárcel: el ex ministro de Planificación Julio de Vido, su mano derecha Roberto Baratta y el dueño de Electroingeniería Gerardo Ferreyra, el único de los empresarios que fue considerado miembro de la asociación ilícita que habría encabezado la ex presidenta Cristina Kirchner. La ex presidenta también tiene prisión preventiva, pero cuenta con sus fueros de senadora.