La principal característica de Santa Marta es su territorio, de paisajes inolvidables en los que el verde de la vegetación, el azul de los mares, el amarillo del sol y la arena y el contraste de las playas con el blanco de la nieve de la Sierra Nevada hacen que sea un destino casis obligado en el itineriario de un buen viajero.
Además, el encanto de su gente que, con esa chispa caribeña que tanto los caracteriza, hace que pisar sus calles sea toda una experiencia.
La ciudad está a orillas de la bahía de Santa Marta sobre el mar Caribe, en las estribaciones de la Sierra Nevada, cuyos picos se pueden ver mientras se goza de días despejados en la playa.
Otro motivo punto destacable, entre tantos, es que la capital del departamento colombiano del Magdalena fue fundada en 1525, por eso es una de las ciudades más antiguas de Sudamérica.
Allí es posible tenerlo todo, la Sierra Nevada, con una red de ecosistemas única en el planeta, y enigmáticos vestigios arqueológicos de la cultura Tayrona; las playas del Parque Nacional Natural Tayrona, enmarcadas por una naturaleza virgen y exuberante, reconocidas entre las más bellas del mundo.
Espacios poblados por bandadas de loros, infinita variedad de aves y manadas de monos aulladores que informan con su bullicio a los demás habitantes de la selva la presencia de excursionistas; y un legado histórico, representado en la arquitectura y en las calles del centro histórico, un recorrido ideal para visitar la Catedral, los museos y el Malecón de Bastidas, donde además de conocer se puede gozar de un increíble atardecer.
Playas, manglares, coralinos y arrecifes hacen parte del paisaje selvático que adornan el Parque Nacional Natural Tayrona, uno de los mayores atractivos que tiene Santa Marta. Esta reserva natural de aguas cristalinas, arena blanca y amaneceres únicos es considerada una de las bahías más hermosas de América, un sitio apacible e ideal, donde confluyen el sonido del mar y el aire puro de las montañas.
El Parque tiene increíbles playas, cada una con un encanto único que atrae a cualquiera y no solamente para disfrutar del clima y el sol. Las tres más conocidas son: Cabo San Juan, Bahía Concha, un hermoso balneario con cabañas y restaurantes; Neguanje y Cañaveral, con su zona de camping y unas deliciosas playas en medio de la exuberante naturaleza.
Otro lugar para visitar e la Quinta de San Pedro Alejandrino. Entrar a este lugar; que además de ser una hacienda azucarera de 25 hectáreas, fue la última morada del Libertador Simón Bolívar, es como dar un salto en la historia donde los elementos de la época se conservan tan bien como si se hubiera quedado detenida en el tiempo. Es considerada por muchos como el principal Monumento Nacional donde reposan objetos invaluables para la identidad colombiana.
Finalmente, uno no de los mejores planes es pasear por las calles del centro y dejar que la magia de la historia; que se mantiene vívida en las fachadas de las casas y edificios coloniales, le hagan sentir parte de algo especial. Luego caminar hasta el Camellón de la Bahía y deleitarse con uno de los atardeceres más lindos de todo Colombia adornado por el Morro, mientras disfruta de un excelente café. Perfecto ¿no?