Todos recordarán el caso de Papo, un hecho que conmovió a la provincia, el perro de raza Pitbull que fue rescatado en noviembre de 2018 por la entonces titular del centro de Zoonosis de la Capital del Trabajo, Diana Corti. A cinco meses de ese terrible hallazgo, Papo está recuperado y fue adoptado por el rescatista que se hizo cargo de su cuidado después de la internación.
El rescatista contó a PRIMERA EDICIÓN que “Papo está muy bien, uno nunca se hubiera imaginado que estuvo al borde de la muerte y ahora es un perro feliz. Lo saco a pasear todos los días y en calle la gente incluso desde los autos, paran y me preguntan si es Papo, no pueden creer como está, está totalmente recuperado. Es otro perro, no tiene más agresividad hacia los otros perros, cambió mucho, por el afecto que todos le damos, cambió la actitud, mi familia lo quiere igual que el personal de mi trabajo, incluso con los perros que tengo se lleva bien, no se pelea, creo que la agresividad se aplacó después de la castración. En la calle cuando salimos a caminar ya no busca a los perros que se cruzan frente a él, los ignora”, dijo.
Contó además que decidió quedarse con animal “se va quedar conmigo, no se va más de acá, está feliz acá y todos lo queremos, estamos felices de que quede con nosotros”, indicó.
Fueron muchos los involucrados en la recuperación de Papo, pero una persona, que reside New York, Estados Unidos, fue una de las más comprometidas, es la madrina del animal y el rescatista contó que “estuvo de visita en Eldorado, ella colabora económicamente con la mantención de Papo y vino a verlo, no podía creer lo mucho que mejoró y lo bien que está”, dijo.
El hombre explicó que cuando le entregaron al Pitbull después de la internación, “tenía 18 kilos, hoy pesa 38 y la veterinaria ya me dijo que debemos mantenerlo en ese peso porque puede tener problemas, así que está más que bien. Tiene sus revisiones médicas una vez al mes y todo dio bien hasta el momento”, indicó.
Momentos oscuros
En los primeros días de noviembre del año pasado, la ciudad y la provincia conoció el triste caso de Papo. Un vecino llamó al Centro de Zoonosis porque había encontrado a un perro encerrado en un pequeño galpón, detrás de una vivienda.
La puerta estaba cerrada con un candado por fuera, del cual era visible que hacía mucho no se abría. Cuando rompió el candado se encontró con el animal en un estado terrible. Ya no podía levantarse. Estaba atado sin agua y sin comida. Luego se supo que pasó así cinco meses, que comió sus heces y bebió su orina para sobrevivir.
Ahí comenzó un proceso de atención veterinaria que los médicos Elisa Wyss y Rodrigo Ramírez Videla le dieron con mucho amor. Al principio se pensó que no podría sobrevivir, las consecuencias del abandono habían hecho estragos en su cuerpo. Pero contra todo pronóstico, con la ayuda de los vecinos de Eldorado que se acercaban a dejar su afecto, su tiempo para acompañarlo e incluso su donación para el tratamiento, así salió adelante y se recuperó. Hoy es feliz, encontró una familia que lo quiere, lo cuida y lo mima, y él ofrece su cariño y compañía. Por suerte, la historia de Papo tuvo un final feliz.