Peritos de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) analizarán el teléfono celular de Antonella Rocío Bernhardt (27), quien fue asesinada el pasado jueves de una estocada en el cuello en esta ciudad, como así también el del joven detenido como sospechoso.
Los técnicos confían en que, mediante tecnología de avanzada, podrán recuperar prácticamente el cien por cien de las memorias de dichos artefactos, que incluyen material audiovisual y conversaciones de whatsapp, además de los chats de distintas redes sociales, mensajes de textos, llamadas entrantes y salientes, entre otras huellas electrónicas.
Si bien las evidencias colectadas por los investigadores hasta el momento complican seriamente al único apresado en la causa, quien incluso declaró y dijo que se trató de un “accidente en medio de un forcejeo”, esta nueva pericia cobra relevancia debido a un detalle no menor: el joven habría formateado o modificado el teléfono celular de Antonella, según aseguraron fuentes a este Diario. Esta maniobra habría dejado como saldo la pérdida de todos los archivos.
Lo que buscan los pesquisas mediante la recuperación de los mencionados datos es establecer el motivo por el cual el sospechoso se habría alejado presuroso de la escena del crimen con el móvil de la víctima, que fue incautado en su poder.
También se busca determinar si existe algún material de interés para la causa en el otro teléfono celular, propiedad del apresado.
En breve el juez de Instrucción 3, Fernando Verón, quien sigue la investigación del hecho, podrá añadir al expediente los resultados de las pericias telefónicas.
Filmaciones
Cristian Daniel Vargas (29) fue detenido por la Policía el jueves pasado minutos después de las 14. Lo ubicaron a pocas cuadras del departamento de la chacra 179, donde fue grabado por el teléfono celular de una mujer de 68 años que se atrevió además a golpear la puerta y hacerlo salir, presuntamente, tras apuñalar y acabar con la vida de Antonella. El video, publicado en la web de PRIMERA EDICIÓN, se viralizó y causó conmoción en gran parte de la sociedad.
Al llegar al departamento del primer piso de la calle Comandante Miño 980 (frente a la bahía El Brete), los efectivos constataron el crimen.
El sábado pasado, ante el juez Verón, el sospechoso reconoció que participó del hecho pero no se sentía autor del crimen: “Soy inocente, fue un accidente”.
El sospechoso fue imputado en forma provisoria por el delito de “femicidio” (que prevé una pena de prisión perpetua de ser hallado culpable).
Vargas y Bernhardt se habían conocido unos diez días antes del hecho. El primer contacto lo habrían entablado en una fiesta en el salón de eventos en el que trabaja el presunto autor de la muerte de la joven como fotógrafo.