Hoy contaremos la historia del norteamericano William Coffin Coleman, quien dio vida a la empresa que lleva su apellido y a más de un siglo de su fundación sigue lanzando productos de reconocida calidad.
Se podría decir que The Coleman Company Inc tiene como punto de inicio 1909 con la famosa lámpara que llevó el apellido de William. Pero si nos remontamos un poco más en la historia, podemos contar que antes fue maestro de escuela y luego estudiante de derecho, carrera que no pudo terminar por problemas económicos. Esas estrecheces lo llevaron a vender en forma ambulatoria máquinas de escribir en el sur de Estados Unidos.
En una de sus salidas, recaló en la ciudad de Brockton, dedicada a la actividad minera. En ese lugar literalmente vio la luz que cambiaría para siempre su suerte. Es que en una de sus salidas, al atardecer, se topó con una luz brillante que provenía de la ventana de una farmacia. Era una lámpara que tenía un resplandor mayor que otras a querosén o gas.
Fue entonces que decidió vender esa lámpara para la Compañía Irby-Gilliland de Memphis, pero en negocio no fue tan próspero porque los clientes se quejaban debido a que acumulaban hollín y carbón que hacía que se apagaran. A partir de eso, decidió alquilarlas, con la promesa de repararlas ante cualquier inconveniente. Así logró que sus ingresos crecieran y fundó su propia empresa.
Con un aporte económico de sus cuñados, en 1902 amplió su fábrica y realizó cambios en la lámpara para hacerla más eficiente.
La Primera Guerra Mundial significó un impulso para Coleman, ya que se convirtió en proveedor de linternas para las tropas norteamericanas; y también para los granjeros, que debían destinar horas extras para poder cumplir con el envío de alimentos al frente de combate.
La segunda gran contienda mundial marcó otro hito: Coleman fabricó horneadores que funcionaban con casi cualquier combustible líquido y cabía en la mochila de un soldado. Cuando terminó la guerra, esos calentadores empezaron a ser usados por la gente que acampaba.
William murió en 1953 y sus herederos intentaron incursionar -sin éxito- en el mercado del aire acondicionado y lavarropas a presión. Finalmente se enfocaron en los productos destinados a mejorar la estadía de la gente en sus salidas al aire libre.
Aquí la empresa es más conocida por sus heladeras portátiles y conservadoras, mochilas, carpas, sillones plegables; pero su expansión hacia otros productos fue enorme y hoy día tiene presencia en un centenar de países.