Como parte del legado de nuestra historia, desde hace tres años el Instituto Salesiano Pascual Gentilini de esta ciudad puso en marcha un atractivo proyecto denominado “Huerto Jesuítico”, que involucra a profesores, expertos en la materia y a los propios alumnos de los cursos superiores del establecimiento con el objetivo de recrear un huerto tal y como lo cristalizaron en su momento los misioneros jesuitas junto a los guaraníes en la Reducción de San José.
PRIMERA EDICIÓN dialogó con la ingeniera agrónoma Angélica Fediuk, profesora en el Gentilini, quien explicó que “esto arrancó hace tres temporadas y al principio fue difícil que los alumnos entiendan el verdadero objetivo, pero a través de varios ejemplos de cómo hoy se trata de volver a la agroecología, algo que ya lo habían puesto en práctica los jesuitas en su paso por Misiones, lo fueron tomando como propio”.
Además, “a través de las prácticas profesionalizantes, involucramos a los alumnos de los últimos años, quienes imitan lo que hacían los jesuitas junto a los guaraníes en el que nosotros denominamos ‘Huerto Jesuítico’”.
La ingeniera también detalló cómo está compuesta esta exitosa huerta con los métodos utilizados en las Reducciones Jesuíticas, pero aplicados en nuestros días: “Logramos realizar un sector de medicinales en el cual plantamos menta cedrón, poleo, burrito, romero y peperina, entre otros. En otro sector del huerto tenemos quince variedades de mandioca, varias de maíz, algodón, papa, tabaco y el ‘producto madre’, como es la yerba mate”.
“Este año arrancamos de nuevo con el proyecto, que de a poco se está consolidando”, añadió.
En otro tramo de la charla, la profesora destacó que “tratamos de reproducir en forma íntegra los métodos que utilizaron los jesuitas. Por eso, el tema de la maleza es todo un inconveniente. Hacemos el control de forma manual, sin utilizar ningún tipo de químicos, y realmente los alumnos transpiran la camiseta a la hora de limpiar y controlar la maleza o los insectos, sobre todo en verano”.
Los jesuitas y la agroecología
Por su parte, el ingeniero agrónomo José Stevenson, quien colabora con el proyecto, recordó cómo nació esta propuesta: “Queríamos recrear el ‘Huerto Jesuítico’ básicamente para resaltar que la actividad que está de moda, dentro del ámbito agropecuario, como lo es la agroecología, ya era utilizada por los Jesuitas hace más de 300 años”.
“La idea de recrear un huerto jesuita era para ver y reconocer la diferencia con lo que es hoy una huerta tradicional, de donde se extrae simplemente verduras. Así se comenzó este proyecto hace ya tres años junto a los alumnos de los cursos más avanzados”, agregó.
Stevenson dejó en claro la diferencia entre un “Huerto Jesuítico” y una huerta tradicional: “En el huerto de los jesuitas se podía disponer de variedades adaptadas a la zona, traídas de otras regiones o incorporadas desde el monte, para ser domesticadas. Especies tales como la papa, el maíz, el algodón, el tomate, el tabaco, la propia yerba mate y tantas otras, para luego ver el potencial de cada planta”.
“Esto se lograba a través de la experimentación, las pruebas y de cultivarlas primero en ese lugar ‘mágico’ como lo era el huerto. Una especie de ‘banco de germoplasma’ (NdR: es un banco de semillas destinado a la conservación de la diversidad genética de uno o varios cultivos) de nuestros días”, destacó el profesional.
Alternativa turística
El Huerto Jesuítico del Instituto Gentilini busca a futuro ser un lugar de observación y de experimentación, aunque no sólo para los alumnos, sino también para el turista que pueda ver, sentir y ser parte de la historia “revisitada” en nuestros días, además de visitar el establecimiento educativo, los restos jesuitícos y la propia San José.