Hay versiones de que ya embaucó a otros funcionarios y fuerzas de seguridad en otras provincias, a los que les sacó fondos para supuestas investigaciones pero nunca más apareció. También, tendría contactos en la Policía Federal y algunos colaboradores en Buenos Aires que le ayudan a aparentar lo que no es.
Es la historia de un hombre, de apellido García, que se hizo pasar por enviado o Auditor de la Agencia Federal de inteligencia (AFI, ex-Side) y que hasta participó de un operativo de la Policía de Misiones, con la autorización -según testigos que no pueden dar su identidad- del jefe de la Policía de Misiones, comisario general Manuel Mártires Céspedes.
Se trataría de un espía trucho o buscavidas que anda acompañado de un supuesto chofer, de apellido Henry, que tendría pedido de captura por falsificación de documento público y por hacerse pasar por un integrante de Inteligencia de la Nación. La propia AFI habría emitido el pedido de captura, según fuentes de una fuerza de seguridad nacional.
El caso demuestra la fragilidad del sistema de seguridad local y la facilidad con la que cualquier estafador o “malandra” puede meterse hasta el corazón de la Jefatura, sin ser descubierto.
El sujeto habría caído por Misiones luego de tomar contacto con el Jefe de la Policía e invitarlo a un acto en Buenos Aires. Según relataron fuentes internas de la fuerza policial muy cercanas al comisario general, Céspedes asistió al acto realizado el 29 de mayo y fue muy bien tratado. Le pusieron a su disposición un vehículo que lo buscó y lo hizo ingresar a la zona de autoridades invitadas al evento, encabezado nada menos que por el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña a quien habría saludado y entregado su tarjeta personal para ponerse a disposición del Ministro de Mauricio Macri.
Pareciera que, con este gesto, el misterioso hombre de apellido García se ganó la admiración del Jefe de la Policía misionera quien, como adelantáramos en una oportunidad en este Diario, desde hace un tiempo coquetea con el gobierno del PRO con generosas invitaciones
y traslados a funcionarios nacionales a la provincia.
Semanas después del acto porteño, a mediados de junio, Céspedes habría invitado al supuesto espía a visitar la provincia de Misiones. Varias fuentes consultadas aseguran que la Policía se habría hecho cargo del costo del pasaje en avión, hotel, traslado, vehículo y otros gastos de la visita del “notable señor García”.
El falso espía y su secuaz se alojaron en el Hotel Continental de Posadas, con reserva desde el martes hasta el sábado de la semana pasada. El Jefe quería mostrarle a una “importante autoridad” de Inteligencia Nacional lo bien que funcionaba la Policía de Misiones bajo su gestión. El invitado no solo participó de un operativo conjunto entre Policía Provincial y la Federal, sino que recorrió las oficinas de la Jefatura, se sentó en el despacho del Jefe con quien se tomó una selfie (foto de esta página), sino que recorrió las instalaciones de la Escuela de Oficiales y hasta ingresado a las aulas participando de las clases. Incluso lo habrían llevado al Paraguay con vehículo y custodia de la Policía de Misiones.
En la Escuela, recuerdan varios testigos -policiales y del ámbito académico-, que se sentó en una clase junto a los alumnos y escuchó cómo se llevaba adelante. También lo recuerdan en varias oficinas de conducción de la Policía, donde asistió y se puso al tanto de cómo funcionaban las investigaciones realizadas por efectivos de la fuerza, según contaron fuentes del sector.
Lo máximo de todo es que habría estado en el palco de autoridades de la Provincia, en el acto del 20 de Junio, invitado por el Jefe Céspedes, a pocos metros del Gobernador. La insólita situación llegó a su fin cuando contactos locales con la AFI, advertidos de la situación, tuvieron la lucidez de preguntar acerca del supuesto espía que se presentaba con una credencial forrada en cuero negro que llevaba letras doradas: “Agencia Federal de Inteligencia” y que se paseaba como “pancho por su casa” por las dependencias policiales.
La respuesta fue: “No existe tal funcionario” y “no enviamos a nadie a Misiones”. Para colmo, dicen, se burlaron desde Buenos Aires: “Nadie que pertenece a la AFI se presenta con una credencial de la AFI. Sería como ponerse un cartel en el pecho que diga: soy espía”, es ingenuo.
Acto seguido, averiguaron un poco más y detectaron que el espía trucho ya había realizado fechorías parecidas en otras provincias y que tiene un blog en Internet, con las últimas publicaciones fechadas en el 2015, donde redacta artículos y opiniones acerca de seguridad e inteligencia.
Enseguida llegó la orden desde la ciudad de Buenos Aires: “Detengan a ese individuo”. Pero ningún policía habría ido a concretar esa orden y, misteriosamente, los sospechosos desaparecieron sin dejar rastros el viernes, un día antes de cumplirse los días de reserva del hotel. Se cree que desde la Policía le facilitaron la información para evadir la orden de captura.
Si este escándalo no estallaba, al lunes siguiente le habrían preparando un acto donde el “escurridizo individuo” iba a entregar un reconocimiento a Prefectura y la Federal, de parte de la Policía de Misiones. Un integrante que ostentó un alto cargo hasta hace poco en la Policía habría sido el
encargado de preparar este acto.
Este comisario fue apartado de su cargo esta semana, a causa del escándalo ya que era el nexo común entre Céspedes y el espía trucho. Lo que ahora todos sospechan, es que el dúo vandálico persigue fines económicos y que la idea era conseguir fondos o subsidios bajo la excusa de realizar investigaciones o dictar conferencias acerca de cuestiones de seguridad, cosas que nunca se realizarían, ya que una vez cobrado el cheque seguramente desaparecerían como la vez que pidieron su captura.
También se cree que el dúo se habría aprovechado de las inocultables ganas del Jefe de la Policía local de tener contactos en Buenos Aires y “codearse” con las altas figuras del poder político nacional y de las fuerzas armadas. Desde el momento en que desaparecieron del hotel, nadie volvió a tener contacto ni saber de las andanzas de los espías truchos que embaucaron al Jefe de la Policía de Misiones. No obstante, al
parecer, hicieron turismo, habrían conocido a hombres de la política local y parece que bien disfrutaron de la “hospitalidad” policial.