Las mujeres ocupan el 80% de los cargos docentes en las escuelas primarias y secundarias en Misiones y, por su inmensa mayoría, también tienen acceso a un mayor porcentaje de los puestos directivos. En los niveles terciarios y universitarios la disparidad de género se evidencia en el acceso a los espacios jerárquicos: pese a que hay más o menos la misma proporción de mujeres y hombres entre las filas docentes, sólo el 30% de los cargos jerárquicos de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) están ocupados por mujeres, según reveló ayer la rectora de esa casa de altos estudios en un panel sobre el rol de las mujeres en la construcción de liderazgo en instituciones educativas universitarias.
Las actividades por el mes de la mujer organizadas por la Universidad Gastón Dachary comenzaron el martes con este panel de mujeres líderes en gestión educativa: las rectoras de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), Alicia Bohren; de la Universidad Gastón Dachary (UGD), Alba Pérez Chilavet; y la ministra de Educación, Ivonne Aquino. La moderadora del panel fue la decana de la Facultad de Humanidades, Gisela Spasiuk.
En la actualidad, sólo siete de las 66 universidades nacionales públicas de Argentina están conducidas por mujeres, cinco de ellas electas y dos normalizadoras. Bohren es una de las cinco electas del país. Los números en el sector universitario privado son similares, hay sólo cinco mujeres rectoras entre 63 universidades privadas y dos esas rectoras son de Misiones: Alba Pérez Chilavet de la UGD y Ana María Teresita Foth de la Universidad Católica de las Misiones (UCAMI).
“Se empiezan a romper las brechas”
“En la universidad, las mujeres hemos luchado para llegar pero también hemos instalado en los compañeros varones el reconocimiento al papel y trayectorias personales de las mujeres. No obstante, los desafíos siguen siendo muy fuertes. Lo importante es que las mujeres nos animamos a pelear y a estar en estos lugares, y también nos planteamos hacer política y gestión de las instituciones desde lugares diferentes a los tradicionales, con mayor sororidad y diálogo”, indicó la decana de Humanidades.
Celebró la incorporación de mujeres en las carreras que históricamente eran “masculinas” como las ingenierías y también la de hombres a las formaciones “feminizadas”, “porque se empiezan a romper las brechas”.
Spasiuk recordó que cuando las mujeres piden igualdad de derechos “no decimos que seamos mejores que los varones, somos diferentes. Pero rechazamos que sobre esas diferencias se construya la desigualdad. Estamos contra las desigualdades por eso creemos que la lucha tiene que ser de toda la sociedad”, advirtió.
Las historias que marcaron el camino
Aquino, Pérez Chilavet y Bohren hablaron de sus mundos íntimos y recordaron la importancia de la educación para su familia. “Mi mamá era docente y mi papá trabajador del correo, mi familia apostó mucho a la educación… en esa época nos decían mucho que la única herencia que nos dejarían era la posibilidad de estudiar. En el plano familiar, siempre viví una convivencia hermosa, en el rol del varón y la mujer, mis padres siempre estuvieron a la par en sus proyectos”, recordó Ivonne Aquino.
Contó además que no cambió su domicilio desde que asumió como ministra de Educación, “viajo todos los días desde Oberá a Posadas y, al terminar el día, vuelvo a mi casa donde me esperan mi esposo Sergio y mis dos hijos, Joaquín y Anita, que están en la secundaria”.
La Ministra recordó con cariño su trabajo como docente en la Facultad de Artes de Oberá, “me gusta mucho trabajar con los estudiantes ingresantes, seguramente ahí volveré cuando termine mi gestión porque creo que hay que alimentar esas vocaciones y estimularlas porque necesitamos, como nunca, a artistas que nos ayuden a ver la realidad desde otros lugares posibles”.
Para Aquino, el gran desafío desde la Educación es trabajar para romper los estereotipos de esas construcciones que se fueron dando a lo largo de la sociedad y consolidar el rol profesional desde otro lugar, “la docencia no es algo natural, no se hereda ni existe el gen de la docencia; es una vocación que se construye y requiere mucha preparación científica, emocional y psicológica. Tenemos que consolidar el rol docente desde la capacitación y la formación continua, tratando que el maestro de primaria y el profesor de secundaria no sean un mero ejecutor de decisiones sino que también se prepare para investigar y transformar su propia práctica”.
Desigualdad
Por su parte, la rectora de la UGD, Alba Pérez Chilavet, recordó que elaboró el proyecto de la institución del nivel medio y terciario Ipesmi junto con su esposo; y luego la universidad. Pese a ser una de sus fundadoras, admitió que le costó casi 20 años llegar al rectorado de la universidad, “no fue nada fácil y recién ahora, después de cuatro años de trabajo institucional en la UGD, puedo decir que estoy tranquila y cómoda”.
Es, además, madre de tres hijos y abuela. “Tenemos que desaprender, estamos en una sociedad patriarcal y yo me crié bajo estos principios por lo que todos los días trato de deconstruir y abordar la equidad”, indicó al tiempo que señaló la importancia de la educación igualitaria “cada vez que hablamos con mujeres líderes casi todas tienen algo en común: fueron criadas en sus familias con iguales derechos y obligaciones que sus hermanos varones”.
Pérez Chilavet señaló que sólo cinco universidades privadas del país tienen mujeres como rectoras en un universo compuesto por 63 universidades, “y de esas cinco universidades, dos están en Misiones: la UCAMI y UGD así que imagínense cómo es la situación de desigualdad en el resto del país”, aseveró.
“A las mujeres se nos exige más”
Según recordó Alicia Bohren, su familia es el estereotipo familiar de hace algunos años: papá trabajador y mamá ama de casa. “Me acuerdo que en varias ocasiones nos sentaron a mis dos hermanas y a mí para decirnos que éramos libres de elegir qué queríamos estudiar y dónde. Y cada una estudió lo que quiso y donde quiso. Yo opté por la educación pública y elegí la facultad de Ciencias Forestales para estudiar Ingeniería Forestal, una carrera patriarcal donde la mayoría, tanto docentes como alumnos, son hombres. Incluso en la actualidad, esta Facultad y la de Ingeniería de Oberá son las únicas de toda la UNaM que tienen mayoría masculina”, señaló.
Según recordó ayer, junto a su carrera académica inició también su trabajo en la gestión, primero para acreditar la carrera y luego ya como decana. Bohren fue la primera mujer elegida como decana de esa Facultad y también marcó otros hitos: la primera vez que un referente de la Facultad de Forestales llega al rectorado de la UNaM; es la segunda rectora mujer de la UNaM, pero la primera elegida.
“De mi experiencia puedo decir que a las mujeres se nos exige mucho más que a los hombres para ocupar puestos jerárquicos, estamos permanentemente siendo examinadas sobre lo que hacemos. Yo tengo un solo hijo que es un graduado que se desempeña en Chaco y un esposo, que es comerciante, siempre estuvo acompañándome en mis desafíos, creo que no hubiera podido hacer todo lo que hice si no hubiera contado con su apoyo, mi hijo era chico cuando hice el posgrado…”.
Bohren indicó que desde la UNaM se trabaja en la elaboración de un plan de desarrollo institucional construido en forma participativa con todos los estratos, en el que se plantean las cuestiones de género. “En la actualidad, sólo la Facultad de Humanidades tiene un protocolo para violencia de género pese a que es una realidad que nos ocurre en todos los claustros de la institución. A partir de eso, se elaboró una serie de propuestas que mañana (por hoy) ingresará como un anteproyecto al Consejo Superior para establecer mecanismos claros y transparentes”, anticipó la rectora.
Entre las acciones que ya se implementaron en la UNaM para tratar de equiparar derechos, están la ampliación de la licencia por maternidad que pasó de tres a seis meses. “También tenemos licencias especiales para estudiantes madres y la Facultad de Humanidades, que siempre innova, tiene becas de guarderías para los chicos de madres estudiantes. Hay muchos otros temas sobre los que debemos avanzar. Es necesario garantizar la inclusión, muchos de los estudiantes de la UNaM son primeros estudiantes de sus familias”.