Son cerca de las 10 de la mañana del domingo y el sol lo inunda todo. El termómetro marca 36º pero la sensación térmica es, sin dudas, mayor.
En la cancha de fútbol del Campus de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), Rosana Gómez, “La Zurda” como la conocen todos, ya no corre detrás de la pelota que, en ese preciso momento, es la protagonista. Con carpeta en mano da instrucciones y analiza. Todo lo que aprendió como jugadora, ahora lo trasmite como DT.
EL DEPORTIVO visitó esa práctica, pensada y organizada para encontrar nuevos talentos para el seleccionado argentino universitario de fútbol femenino. La convocatoria la asombró, fueron más de 60 chicas que se probaron de la mano de esta mujer, pionera en un ámbito pensado, ideado y creado por y para hombres.
¿Te acordas cuándo empezaste a jugar al fútbol?
De muy chiquita me gustaba jugar y en complicidad con mi hermano, que es más chico que yo, andábamos por la calle jugando con nuestros amigos del barrio. Después jugué en los clubes. En mi caso fue con varones porque no conocía que hubiera fútbol femenino. Recién a los 12 años empecé a conocer el fútbol femenino y empecé a practicar con mujeres.
¿Qué te decían en tu familia? Por el momento, era poco común que mujeres jueguen al fútbol…
Nunca hubo problema, al contrario. La verdad que mi familia, siempre lo marco por sobre todo, si jugué y logré todo lo que logré fue porque mi familia me apoyaba, me ayudaba con eso y nunca me dijeron que no juegue. Somos una familia muy futbolera, mis dos hermanos juegan al fútbol, uno de ellos es profesional (NdeR: Elías Gómez, hoy en Argentinos Juniors), entonces en mi casa es todo fútbol y la verdad es que gracias a ellos, al apoyo que tuve y la ayuda fue que pude ser lo que fui como deportista.
Tu carrera como futbolista comenzó en Rosario Central…
A Rosario Central fui cuando tenía 15 años. A los 12 empecé a jugar con mujeres y a los 15 me fui a Central, que también tenía equipo femenino. Previo a eso yo no sabía y jugaba en equipos de barrio, en fútbol masculino.
En un amistoso con Boca te ven, y te llevan para Buenos Aires…
Sí, a los 17 años hicimos un amistoso con Boca y ahí la entrenadora me ve y me selecciona. Fue muy sacrificado porque el club tampoco me pagaba nada, entonces era tener que pagármelo de mi bolsillo o con la ayuda de un tercero. Fue bastante duro, pero acá estoy. La verdad que fueron 15 años de muy lindas cosas, fueron mucho más las lindas que las feas así, que contenta de haber vivido esa experiencia.
¿Cómo fue esa experiencia?
Estar 15 años en un club para un jugador varón es un poco raro. Son pocos los que se quedan 15 años en un mismo club y ganan la cantidad de títulos que gané. Esa es una ventaja en el femenino, donde podemos darnos ese lujo, aunque es una pena porque económicamente no está bien pago. Yo, por ejemplo, tenía que trabajar y mantenerme de lo que trabajaba, no de lo que me daba el fútbol. Creo que esa es la principal diferencia entre el masculino y femenino, pero fue algo lindo, lo disfruté mucho y fueron años muy importantes.
Fue una época muy gloriosa…
Sí, gané 19 títulos con Boca, 10 de manera consecutiva. Es decir que todos los años salíamos campeonas con las chicas. Eso también nos ayudó bastante para ser la base de la selección, donde estuvimos 8 años y jugamos dos mundiales. Ganamos la Copa América de 2006 con la selección, que es el único título que tiene a nivel internacional AFA en fútbol femenino. Creo que fue una generación dorada, una camada muy importante.
Sin embargo no hay muchas ídolas en el fútbol femenino, a diferencia de lo que ocurre con el masculino donde todos conocen a Messi, sin ir más lejos…
No hay mucha información. Hay muy buenas jugadoras, pero no nos llega tanto la información. La brasilera Martha ganó seis balones de oro, es una jugadora distinta; obviamente las estadounidenses también, desde Mia Hamm y ahora Carli Lloyd que ganó el Balón de Oro. Creo que hay jugadoras muy buenas a nivel internacional que lamentablemente no nos llegan. Las nenas de hoy crecen viendo a Messi o sus ídolos son Messi o se compran la camiseta de Messi porque no tenemos la posibilidad de comprarnos la camiseta de nuestra jugadora favorita.
Se vive un momento en el que se habla mucho de la profesionalización del fútbol femenino, ¿cómo lo ves?
Acá en Argentina o en Sudamérica todavía ésto está muy amateur. Está difícil el tema de ser profesional, no porque no se pueda, sino porque creo que todavía falta el cambio de chip de los clubes, que quieran invertir, que quieran apostar al fútbol femenino.
¿Estás al tanto de la denuncia de Macarena Sánchez por ser reconocida como futbolista profesional?
Sí, y me da pena porque son las mismas quejas que yo tenía cuando jugaba hace un par de años, diez años atrás o veinte. Entonces si las chicas siguen con esa misma protesta, quiere decir que todavía no nos pudimos desarrollar en eso, no pudimos crecer. La entiendo y lo he vivido por momentos en carne propia. Pero bueno, hay que seguir. Ésto es un deporte joven que está creciendo, yo creo que pedir y que nos den todo de golpe puede ser contraproducente también. Entonces hay que estar preparadas para que cuando llegue el momento y no nos encuentre desprevenidas.
Lo de Maca es como el puntapié inicial…
Claro, sin dudas. Ahora hay que prepararse. Si de verdad queremos ser profesionales tenemos que cambiar en un montón de cosas para que cuando llegue, no fracasemos.
A los 32 años colgó los botines pero no dejó el fútbol que para ella “es una escuela de vida”. Hoy dirige a Rosario Central, club del cual es simpatizante, y es la seleccionadora del equipo argentino de fútbol femenino universitario. Como si todo esto fuera poco, trabaja como asesora de la CONMEBOL en cuestiones relacionadas a esta disciplina. “La Zurda” es voz autorizada.
El reclamo de todo el fútbol femenino por la profesionalización
El puntapié inicial lo dio Macarena Sánchez, exjugadora del Club UAI Urquiza. El 5 de enero pasado la desvincularon del club en medio de la temporada. Ella se asesoró y reclamo “la regularización de la relación laboral como futbolista profesional” a la institución y a la AFA “el cese de su inacción al respecto”.
Esto destapó un hecho largamente callado. En sus palabras, “las jugadoras de fútbol en Argentina son sistemáticamente vulneradas en sus derechos como trabajadoras del deporte, por la simple razón de ser mujeres”.
Su lucha se viralizó. Desde el New York Times hasta El País de España se hicieron eco.
“El caso podría sentar un precedente. En la nación de Messi y otros reconocidos jugadores el fútbol es visto sólo como un juego de hombres”. El tema está en agenda y #FútbolFemeninoProfesional ya es bandera en las canchas.