El caso trascendió el pasado 14 de febrero. Dos falsos gestores ofrecían casas del IPRODHA previo pago de un anticipo. En principio fueron 58 los estafados, quienes hasta llegaron a compartir sus penurias en un grupo de whatsapp. Desde ahí también se organizaron para llevar a cabo la denuncia. En las últimas horas se sumaron más víctimas y ahora, mientras ya hay un detenido, el juez de la causa libró una orden de captura internacional contra el prófugo.
El Juzgado de Instrucción 1 a cargo del magistrado Marcelo Cardozo, recibió otras cinco denuncias contra el dúo, de manera que ya son 64 los damnificados.
La primera detención ocurrió el jueves último, en la playa de estacionamiento de una reconocido mayorista ubicada sobre la avenida “Tulo” Llamosas (exruta nacional 12).
Hacia allí se dirigieron efectivos de la División de Investigaciones para detener a uno de los “gestores”. Se trataba de un hombre de 38 años domiciliado en Villa Cabello, quien pretendía cobrar el anticipo a su víctima. Pero faltaba aún el otro sujeto, quien sería el “pez gordo” que iniciaba las gestiones con los clientes.
Tras haber trascendido el caso y tener a su “cómplice” tras las rejas, este “desapareció del mapa”. En este sentido, mientras la Policía de Misiones lo busca por todos los rincones, cabría la posibilidad que haya cruzado la frontera.
Por este motivo, el juez ordenó la captura internacional del sujeto, de manera que ahora hasta la Interpol está tras él por el tendal de damnificados que dejó en Posadas. Los cálculos iniciales arrojaron que hasta el momento la estafa suma más de un millón de pesos.
Oportunamente, dos de las damnificadas, Silvana Damico (59) y Claudia Melgarejo (44), llegaron a contar a PRIMERA EDICIÓN acerca de la modalidad del engaño. Primero, de alguna forma los delincuentes se contactaban con personas que ya tenían un expediente ante el IPRODHA.
Seguidamente, les ofrecían agilizar el trámite para acceder a la vivienda a cambio de montos que iban entre los diez mil a los 25 mil pesos, esto según la “cara” del cliente y el apuro que tuviera. Uno de los sospechosos llegaba a reunirse con sus víctimas en la plaza 9 de Julio. Vestido de traje lo veían salir de la Casa de Gobierno para aparentar tener “contactos”.
La mentira no tardaba en salir a la luz, dado que pasaban los meses y la promesa no se cumplía. Para continuar captando clientes el mayor tiempo posible y a la vez despejar sospechas, como último ardid los citaba en Itaembé Guazú y les decía “mirá esta va a ser tu casa”.
Así, más grandes eran las esperanzas de los “clientes”, dado que hasta llegaban a imaginarse su vida allí. Pero claro, probablemente el hoy prófugo sabía que su plan delictivo tenía fecha de vencimiento.
El tema comenzó a tener mal olor y las víctimas empezaron a ir al IPRODHA a preguntar por ese “fulano” encargado de la gestoría. Otro más y van…nadie lo conocía. Era todo un engaño.
En tanto, el principal acusado disfruta del dinero vaya a saber dónde. Y para las víctimas, la promesa de la casa momentáneamente se mudó de barrio. Ahora queda al fondo del boulevard de los sueños rotos.