El norte de Estados Unidos recuperó hoy una vida normal después del paso de una ola de frío histórica que dejó unos veinte muertos en una semana y terminó su curso en la costa atlántica.
La región del Medio Oeste y de los Grandes Lagos ha batido récords en los últimos días con temperaturas de -53°C registradas en Minnesota, -51 en Wisconsin, -50 en Iowa y -48 en Illinois.
El aire polar congeló parte de las famosas Cataratas del Niágara, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, y casi la mitad del agua de los Grandes Lagos estaban cubiertas de hielo, lo que interrumpió el tráfico fluvial entre ambos países.
La masa de aire que descendió del Ártico ha provocado cortes de agua y electricidad, interrupciones en el transporte y numerosos accidentes de tráfico.
En los últimos días se registraron entre 17 y 21 muertes relacionadas con el frío, según un balance oficial provisional dado a conocer a los medios