
Los vecinos de la capital misionera y de Garupá atraviesan uno de los veranos más duros, no sólo por las altas temperaturas, sino por la falta de agua potable. Hasta ahora, muchos fueron los barrios, mayormente de la zona Sur, que debieron salir a manifestarse a las calles, avenidas e incluso las rutas, para saber qué estaba pasando y cómo se soluciona el problema de la falta total de agua en algunos casos, y en otros la poco potencia, las bombas quemadas, entre otras problemáticas.
Mediante acuerdos y promesas de mejorar el sistema de provisión de agua firmado entre SAMSA, el Ministerio de Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo de Posadas, un legislador provincial y los vecinos, se comprometieron en avanzar en las obras del Acueducto Sur de Posadas y Norte de Garupá para llevar soluciones.
Todo esto ocurrió hace unas tres semanas, por eso PRIMERA EDICIÓN dialogó con el presidente del Ente Provincial Regulador de Aguas y Cloacas de Misiones (EPRAC), José Guccione y también con Jorge Atencio, coordinador de Tierra y Agua de la Municipalidad de Posadas para saber en qué se avanzó con este tema.
Guccione explicó que las obras complementarias para el acueducto “están avanzadas, una parte, donde está el rulo, se llevan adelante negociaciones con la Dirección Nacional de Vialidad porque debe autorizar el paso por la ruta, se necesitan 15 días para este trabajo, también los seis nudos están terminados y calculamos que para fines de febrero estas obras, que son parte del Plan Belgrano, estarán terminadas”, dijo.

Esto sería parte de la solución a la problemática, pero además quedan los arreglos de las fugas que se van haciendo de forma progresiva.
Guccione contó, además, que “para arreglar muchos de los problemas hay que cortar la energía por algunas horas para hacer los trabajos, a estas horas se suman las horas que lleva el restablecimiento del servicio y con los calores de estos días estamos retrasando un poco los trabajos, para no dejar sin energía un sector por mucho tiempo”, explicó.
Con respecto a los problemas de presión indicó que “sólo en Posadas hay unos 60 asentamientos que tienen macro medidores, es decir que de allí se proveen de agua los vecinos, pero la presión no es buena por la cantidad de conexiones, por eso muchas veces no llega a los tanques. Muchos vecinos deciden cargar en un tanque o una pileta y después bombear al tanque, esto pasa en Posadas y Garupá, estas son cuestiones que se encargan los municipios. Pero básicamente, no van a poder tener presión porque están compartiendo entre muchas familias la conexión que son los macro medidores”. Contó que del pago de estos macro medidores para los asentamientos, se encarga el Gobierno provincial por medio del EPRAC “unos dos millones de pesos está pagando la Provincia por estos macro medidores”, dijo.
Explicó también que en el caso de Garupá, al problema de agua se le suma el de la energía “en este sentido, Energía de Misiones (EMSA) tomó cartas en el asunto y en la delegación de esa localidad pusieron guardias las 24 horas y atención telefónica las 24 horas así se está sabiendo cuando hay problemas de bombeo por algún corte en algún sector”.
“La comuna está siempre al lado del vecino”
Por su parte, el coordinador de Tierras y Agua de la Municipalidad, Jorge Atencio explicó a PRIMERA EDICIÓN que “la mayoría de los asentamientos tienen macro medidores, porque se enganchaban de las canillas públicas. Los que tienen macro medidores tienen servicio de SAMSA y los lugares muy alejados como los barrios Porvenir I y II, Campo Bauer, Cruz del Sur, Parma tienen pequeñas cooperativas o en algunos casos lo maneja la comisión vecinal y la comuna colabora cuando se quema una bomba o necesitan cambiar mangueras o protectores. Este año llevamos reemplazadas tres bombas en distintos barrios”.
Contó que “el municipio colabora con SAMSA, el EPRAC y los vecinos ayudando a la gente para hacer las conexiones a muchos, ya que los caños pasan enfrente y no tienen agua potable. Ayudamos a darle agua a más de 2.000 familias en distintos puntos de la ciudad. Por ejemplo en Urquiza y 115 estamos terminando de hacer 1.200 metros, más de 12 cuadras, de excavación, que significa mucho dinero, porque la excavación es la parte más costosa de este tipo de obras. Es un esfuerzo grande para que las familias tengan acceso a la red de agua potable. Porque son obras caras y muchas veces los vecinos no pueden pagar, entonces se hace un esfuerzo conjunto, el vecino pone los materiales, el municipio la excavación y mano de obra con supervisión de SAMSA y esta última hace la conexión, así ayudamos a unas 2.000 familias a tener agua”.