
Después de idas y venidas, reuniones, investigaciones, documentaciones y mucho diálogo en torno a la polémica ordenanza que autoriza el uso del Parque Lineal Cainguás para fines recreativos, finalmente la Municipalidad de Aristóbulo del Valle desistió de instalar la ansiada cancha de “voley playero” en el mencionado “pulmón” ecológico local y ya se está concretando en la zona céntrica de la ciudad, tal y como pedían vecinos y ambientalistas.
Si bien la norma que permite actividades deportivas en el Parque Lineal sigue vigente, la gestión encabezada por el intendente Eldor Hut asumió el compromiso de no realizarlas, según el referente del Grupo Cuñá Pirú, Raúl “Rulo” Bregagnolo.
“Primó el sentido común del respeto, la planificación, el resguardo de un bien que nos pertenece a todos y es parte de la identidad del pueblo”, evaluó el ambientalista, quien insistió en que “plantear otra alternativa no fue oposición a que se generen actividades deportivas” en Aristóbulo del Valle.
Lo cierto es que la polémica en torno a la pretendida instalación de una cancha para la práctica durante el verano de beach voley en el lugar desembocó en todo un movimiento vecinal -se reunieron cientos de firmas contra la medida- que ahora permitirá reflotar lo que establece la Ordenanza 350 de 2006 y que no se cumplió en estos doce años: la creación de una comisión de seguimiento del predio -en este caso, a través de un grupo que se autodenomina “Amigos del Parque Lineal”– para garantizar su mantenimiento y trabajar en propuestas y acciones que revaloricen el lugar.
“El Parque Lineal Cainguás es un patrimonio que intentamos proteger, no lo vemos como un espacio vacío y buscamos que no pierda su espíritu. Hay muchas personas que están interesadas en integrar esa comisión democrática (de seguimiento), desde la Cámara de Turismo hasta algunos movimientos que lo consideran como el corazón del pueblo”, había expresado días atrás Daniela Olivera, una de las vecinas autoconvocadas.