Siempre se prohíben comidas y la realidad es que no comparto la práctica y hace tiempo vengo trabajando en ello para usar este tiempo (cenas y fiestas de fin de año) para hacer un punteo de algunas cositas útiles para comer de todo pero balanceado y con moderación”.
Con estas palabras el licenciado en nutrición, Miguel Cristanchi, aceptó brindar algunas recomendaciones y sugerencias para que los festejos no “llenen de culpa” a los comensales después de caer en cuenta que comieron en exceso.
“Hay ciertas tendencias sobre hábitos alimenticios que prohíben algunas comidas pero la realidad es que yo no comparto, si no que sostengo que en realidad hay cuestiones de moderación que se deben corregir”, insistió.
Corregir para “adelante”
Para el nutricionista es en vano “utilizar este tiempo para hacer alguna dieta o querer corregir algo que durante todo el año no hicimos, es complicado. Lo que sí se puede hacer es proponer un desafío hacia adelante, pero tratando de corregir aquello que hacemos mal”.
“Una estrategia es planificar el menú para determinar las cantidades que se van a elaborar. Determinar con varios días de anticipación qué menú y qué bebida se van a consumir porque ello permite llegar a un consumo sin exceso y a la vez incluir una variedad de productos en la alimentación: ración de carnes, verduras, frutas para no sobrecargarse con comidas de muchas calorías”, sostuvo.
Para Cristanchi, “en esta época, tradicionalmente los platos tienen mucha carne: pavita, cordero, lechón u otro tipo de carne. Perfecto, que se incorpore la porción correspondiente de esos cárnicos pero que no se deje de lado el consumo de vegetales. Es fundamental acompañar con variedades de ensaladas y que contengan productos crudos y cocidos”, agregó.
De acuerdo a la mirada de Cristanchi, en sintonía con muchos de sus colegas, cuando mayor variedad de colores tienen las preparaciones mayor es el aporte nutricional y de fibras que generan saciedad a la hora de consumir.
“La cuota, si se quiere, de hidratos de carbono se permite en el consumo de la tradicional sopa paraguaya o la torta de choclo, típicos en las mesas de los misioneros”, sonrió.
“La clave está en no excederse en la cantidad porque ‘no es la última cena’”, bromeó, “todo se puede guardar para seguir consumiendo en la semana, ya que la comida suele sobrar”, se explayó.
Sugerencias y tips
El licenciado Cristanchi recomendó, para aquellas personas que quieren disfrutar pero luego no sentirse culpables por haberse excedido, que tengan en cuenta que “el 50% del plato que lo ocupen las ensaladas.La famosa ensalada de ave, con papas, que pueden llevar un aderezo en base a queso crema alivianado con leche descremada o algunas cucharitas de vinagre y complementarlo con un poco de verdeo a gusto, para sacar esa cuota de mayonesa que aporta mucha calorías y no tantos nutrientes”.
Otra opción que brindó, para quienes sí desean incorporar mayonesa, es hacer una salsa alivianándola con algunas cucharadas de vinagre porque hace que bajen las calorías. No es lo mismo una cucharada de mayonesa rebajada con dos o tres de vinagre que cinco cucharadas de mayonesa con la papa.
“Algo de suma importancia para comer bien en las cenas de fin de año es dejar de lado ese hábito de no comer durante el día porque en la cena comerá más de lo habitual. Hay que hacer todo lo contrario. No comer es el peor error que uno puede cometer. En la previa es fundamental desayunar bien, comer algo a la media mañana, almorzar un almuerzo liviano con variedades de ensaladas y algunas legumbres, hacer una merienda y llegar a la cena con un apetito normal y no con el hambre de no haber comido en todo el día porque llega la cena y se devora todo lo que se tiene al alcance”.
“Algo que se dice y se repite hasta el cansancio, y que no está de más, es comer despacio y masticar bien cada bocado”.
En cuanto a la incorporación de bebidas (gaseosa y alcohol) “no están prohibidos pero sí es importante moderar el consumo, porque además es una cuestión de responsabilidad”, puntualizó.
Sobre el pan dulce y afines
“Recomiendo lo mismo con respecto al consumo de pandulce, turrones, budines y ese tipo de golosinas típicas en este período”, prosiguió.
“Una porción a la hora del brindis, con el desayuno en vez de pan se puede cambiar por una porción de éstos y ahí ya está la ración de hidratos para el desayuno”.
“Otra opción, si de postre hay ensalada de fruta”, dijo “es evitar el agregado de azúcar adicional, porque las frutas ya tienen el azúcar que nuestro organismo necesita y utilizar sólo eso o bien que al momento de servir cada persona le agregue su porción de azúcar”.
Esa podría ser una alternativa. Además de evitar, en la medida de lo posible, el agregado de helado a la ensalada de fruta salvo que sea al agua, pidió.
El nutricionista insistió en que está “en contra de prohibir porque la tendencia es hacer lo contrario. Entonces es preferible hablar de reducción y de moderación en las ingestas y no de negar el consumo”.
En vacaciones
Luego de las fiestas, para muchas familias es tiempo de las esperadas vacaciones. El licenciado Cristanchi recomendó seguir con los hábitos cotidianos.
“Por más que se está de vacaciones es fundamental seguir con las rutinas saludables que suponen por ejemplo: desayunar, salir a caminar, si se vacaciona en las playas por lo general ésto se puede hacer. Como hace más calor que en otras épocas del año ésto ayuda al gasto calórico, las caminatas de veinte minutos colaboran, además, a despejar la mente. Es muy importante la desconexión con los aparatos electrónicos, dejar el sofá, el celular y disfrutar al aire libre”.
“En vacaciones uno puede disfrutar tranquilamente de la gastronomía del lugar que visita porque son consumos esporádicos. Darse ese pequeño permitido no modifica hábitos”, subrayó.