La economía fue, una vez más, el talón de Aquiles de un Gobierno nacional que no supo articular soluciones con las provincias y que se cerró en un plan absurdo bañado nada más que de optimismo.
La pagamos y la vamos a pagar los ciudadanos. La desidia volvió a ganar y la sociedad vuelve a ser engañada por falsos anuncios de cambios… al fin y al cabo nada que no conozcamos.
Sin embargo y aun cuando el contexto es desfavorable para la mayoría, existen unos pocos que siguen celebrando a costas del montón.
Los amigos y familiares del Presidente, por caso, se vieron favorecidos en lo económico y también en lo judicial. Pero a niveles más locales existen grandiosos pulpos que dinamizan monopolios y que, una vez más, saldrán ganando.
Tal el caso del todopoderoso Grupo Z que, lejos de saldar su voracidad con los tres boletazos que hubo en el año, irá por otro para arrancar enero con las arcas más hinchadas.
Hoy, amén de los valientes que expondrán sus argumentos para rechazar una nueva suba, comienza a cocinarse otro boletazo traccionado por la propia empresa.
Esta vez el argumento es la quita de los jugosos y multimillonarios subsidios que recibe por parte del Estado.
Aunque por esta vez el argumento sea verdadero, siguen siendo nebulosas las cifras y los porcentajes. Siguen faltando balances creíbles.
Vuelven a estar ausentes actores específicos que podrían echar por tierra los alegatos de la empresa. Al fin y al cabo, la única verdad parece ser la de ellos y por eso siempre hay boletazos.
Es lamentable que, por enésima vez, todo el peso vuelva a caer sobre los usuarios. Es también lamentable que una sola empresa decida cuándo y cómo serán las cosas.