Emocionada hasta las lágrimas, a Melina no le salieron más palabras. Sólo atinó a decir !Sí! y aceptar la propuesta de matrimonio que, al concluir la carrera, le hiciera Marcos, con quien convive desde hace tres años, cuando supieron que estaban esperando un hijo. El “acontecimiento” se expandió por las redes sociales y a casi un mes de esta iniciativa, la pareja la recuerda entre risas, mientras planifica continuar con la licenciatura e ir preparando el casamiento, quizá para fines del año próximo.
La idea de proponer matrimonio a la madre de su hija, Luciana, rondaba por la cabeza de Marcos desde hace algún tiempo. En marzo le dijo que sería en 2018 pero que “no sabía la fecha y quería que fuera algo lindo. Y quedó en suspenso”. Contó que formalizaron la relación con la llegada de la bebé y que la familia tomó otro sentido. Comenzaron a estudiar juntos la carrera en el Instituto Saavedra y el 6 de diciembre ambos obtuvieron el título.
Una semana antes del examen, Marcos, que trabaja como repositor externo en una cadena de supermecados, habló con la profesora Valeria Olexen y le contó cual era su idea. “Le confié que quería proponer casamiento a Melina y necesitaba que ella colaborara con la causa. Si bien el trabajo final -que giró sobre un manual operativo de recursos humanos- lo realizamos en conjunto, la tesis había que defenderla de manera individual entonces le pedí que me dejara entrar primero así me daba tiempo para planificar la proposición. Como ingresaba uno de la modalidad a distancia y se alternaba con uno del presencial, le dije que buscara la forma de hacerme pasar a mí así podía comprar las rosas, ver el tema de los anillos”, manifestó.
La docente accedió al pedido del joven y por orden alfabético pasó segundo. Marcos salió airoso del curso y Melina debió esperar unas tres horas más. En ese lapso y con la ayuda de las compañeras prepararon los detalles, los carteles, y reunieron a veinte personas para que sostengan las letras que formaban la frase “Meli, ¿te querés casar conmigo?” La mesa de examen estaba en el primer piso y el cartel en planta baja a fin que ella pudiera apreciar la frase desde arriba. “Salió mejor de lo que esperaba. Ella quedó totalmente sorprendida”, acotó el Dj, que al enterarse que Luciana venía en camino fue dejando de lado la música y se ocupó de otras cuestiones “que no me demandaran los fines de semana, para disfrutar de la familia”.
Después de permanecer veinte minutos dentro del aula, Melina salió pensando en la nota obtenida. “Él salió a mi encuentro con la nena para felicitarme, me abrazaron, y yo ya estaba llorando por las palabras que me había dicho la profesora. Miré hacia abajo y, sinceramente, solo vi las últimas palabras o letras y supe lo que venía. Sólo lloré y no pude decir nada. No me salió nada. Fue una sorpresota enorme, enorme, y muy linda. Y obviamente la respuesta fue Sí!”, comentó Melina, que como Marcos, es de la localidad de Capioví.
Pequeñas “trabas”
El día anterior, el ahora técnico expresó a Melina que no sabía “si te voy a proponer porque estamos teniendo muchas diferencias. Y no era así. Yo fui a dormir pensando cuáles eran esas diferencias, y después me di cuenta que era todo un montaje para que no sospechara. Y salió demasiado bien”, contó la mujer.
Y él acotó que “es que por esos días estaba raro, un poco nervioso, uno porque tenía que defender la tesis y porque estaba organizando la proposición. Le escribía a mis compañeras de facultad, que se portaron muy bien, nos acompañaron y ayudaron muchísimo para organizar todo. Le conté a las chicas y les dije que cualquier tipo de sugerencia era bienvenida, entonces no la dejaba tocar el celular. Muchas veces ella me pedía para tomar mejores imágenes pero yo no quería que ella viera la organización”.
El día antes de salir hacia la facultad, Melina entró a la habitación y dentro del ropero vio la cajita del anillo. “Me tenté pero no quise abrir para no arruinar la sorpresa, pero no me imaginaba que podía ser ese día”.