El objetivo era reclamar por la acumulación de basura que se estaba haciendo -incluso desde el propio Municipio- en dicho predio, con la amenaza de contaminación que ello representa para todo el valle del Cuña Pirú.
Casi al término del plenario del cuerpo, se decidió dar visibilidad legislativa al reclamo, reflotando un proyecto de ordenanza presentado por el edil Héctor Rolin, que hace referencia a la protección de las cuencas hídricas del municipio, dentro de la que se englobaría el predio de la actual discordia.
Igualmente, dicha iniciativa quedará para el año que viene, ya que ahora deberá pasar todo el trámite deliberativo, desde su estudio en comisión hasta su debate en el recinto para su aprobación o no.
Por ello, los vecinos presentes exigieron medidas inmediatas para evitar un mayor daño ambiental hasta que el proyecto de Rolin se haga realidad.
En ese sentido, si bien admiten que los vehículos municipales ya dejaron de llevar basura al predio de la cantera, e incluso “taparon” parcialmente la que ya se había depositado en el lugar, lo que pretenden los pobladores que el martes se acercaron al Concejo Deliberante es que se retire por completo los desechos que se fueron dejando, que se construya un círculo perimetral alrededor del predio, con portón y candado, para que otros sigan utilizándolo como “basural”; pero sobre todo un compromiso firme y oficial de la Comuna que garantice que no se volverá a arrojar allí residuos, gajos o cualquier otro elemento.
En ese marco, se busca fijar una reunión con el propio intendente y quienes autorizaron que los empleados municipales llevaran allí los desechos, con el objetivo de que allí quede sellada un acta compromiso.
El conflicto en la zona conocida como excantera surgió hace alrededor de tres semanas, cuando se detectaron camionetas municipales que llevaban escombros y basura, que el camión atmosférico descargaba allí su contenido y que incluso había perros muertos y material hospitalario en un predio cercano a un afluente del arroyo Cuña Pirú y cuya contaminación pondría en riesgo a varias aldeas mbya y a la cuenca frutihortícola que abastece a la feria franca de la zona.